En este Shabat iniciamos la lectura de la parashat Vayikrá (Levítico), en la cual el eterno llama a Moshé y habló él en la tienda de reunión ordenándole cómo deben ser los procesos para acercar un holocausto al eterno, para su elevación espiritual y expiación de pecados los cuales pueden ser por culpa, impureza o agradecimiento individual y comunitariamente.
La requisición del holocausto dependía de la situación económica y estatus social de la persona más una serie de procedimientos para acercarla al misbeaj.
Partiendo de que en la actualidad ya no realizamos sacrificios de animales para acercarnos con el eterno, ya que ahora son las oraciones o Tefilot las que las suplen (las cuales conllevan unión o sincronía del pensamiento, habla y acción, para alcanzar la elevación con el eterno mucho mejor) hablemos de un enfoque sobre estos holocaustos enfocado a nuestro animal interior.
El creador es inmensamente misericordioso con su creación y siempre está abierto a dar las oportunidades que sean necesarias para un crecimiento espiritual, siempre y cuando uno alcance la humildad para poder reconocer sus errores.
Es fácil cometer errores, pero es difícil aceptar que nos equivocamos, por eso debemos ser humildes, para reconocerlos y poder realizar una teshubá sincera e iniciar el proceso hacia la madurez y dominar la parte instintiva de nuestros impulsos irracionales, es por ello que en esta parashat hace hincapié en ofrecer ese animal (interno) y crear conciencia para tomar las mejores decisiones en beneficio de uno mismo y la sociedad, si tomamos en cuenta que el hecho de sacrificar animales en algún momento de la historia judía llevo a un descontento del eterno porque en vez de mejorarnos como personas comenzó un degradamiento de los sentimientos y conciencia humana.
Las ordenanzas dadas por el eterno a Moshé para cada uno de los miembros de la comunidad de Israel, hace énfasis en tres palabras fundamentales para poder acercar correctamente nuestro animal; comenzando con Vayikráhaciendo referencia esta palabra a un llamado de invitación para comenzar el proceso de dialogo, la segunda palabra es dabar, que en su sentido conceptual hace referencia a poder comunicarnos algo por el hecho que uno ya acepto la invitación para comenzar la conversación y la tercera palabra de este primer versículo sería lemor, la cual indica al vocablo español de decir algo que es de su interés comunicarnos y que está sujeto a la posibilidad de interpretación y de aceptación (si recordamos que el eterno en nada nos obliga sino que nos invita pues su dialogo es parte de un consejo como un padre a un hijo), porque las necesidades de cada uno son siempre diferentes. Es por eso que cada uno entregara a sus posibilidades físicas, mentales y económicas su holocausto, siempre sincero y con agrado.
Israel Herrera Mares.
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