La Parashá de Emor comienza a Dios instruyendo a Moshé para que “Hablara algunas Leyes que deberían ser observadas por los Cohanim (Sacerdotes), por el Cohen Gadol (Sumo Sacerdote), habla de que es Él / Eterno quien santifica al pueblo de Israel, que no se debe profanar su nombre, la santidad de las ofrendas, de Leyes acerca de los animales ofrecidos como sacrificio, de las fiestas religiosas, de la Menorah, del Pan Sagrado y termina con que la transgresión sería castigada.
Muchas veces pensamos que la Emuná / Fe viene de forma automática, que es una persona nace o no con Fe. Sin embargo para tener fe es necesario tener oídos que sepan escuchar, dejarse instruir, confiar, estudiar hasta que sea interiorizado de tal forma que lo que se ha estudiado esté siempre presente, como el respirar. Así, el Eterno insiste con Moshé y dice: “Dile a los sacerdotes” para que no se vuelvan impuros por una persona muerta a no ser que sea un pariente muy cercano. Enseña así, que no se debe rendir culto a la muerte como hacían los egipcios, sino a la vida como él dice: “Yo soy Dios de Avraham, Yitzchak y Yiacov. DIOS de Vivos y no de muertos, Dios de la Vida y en Su Santuario es lugar de vida y no de muerte. David el hombre según el corazón del Eterno “, sin embargo, no fue autorizado a construir el Templo – ‘בית המקדש’בית / Beit Hamiqdash.
El más alto grado de impureza es volverse impuro con una persona que murió. Así pues, cuántas personas cargan no uno, sino muchos muertos en su vida y algunos de estos muertos ya están en un alto grado de putrefacción y no entienden por qué su vida no cambia. Llevan resentimientos, amarguras, odios, rechazos, y no pueden perdonar (eso no significa que tendrá que convivir con la persona que perdonó). Cuando no, no logran controlar la lengua porque es todo el día, cuando no, pierden el sueño pensando en el mal que le hicieron y lo que quisiera que sucediera a ellos. Entra en un estado de ansiedad, de alerta que necesitan tomar medicamentos a causa de la depresión (no toda depresión es debido a eso). Y, sin hablar de la desesperación que ciertas esposas sienten a causa del ‘marido’ que no la hace feliz siendo que ella misma, cuando el marido llega a casa lo recibe con infelicidad y, sin sabiduría derrama sobre él sus frustraciones y sus miedos sin dar tiempo para que se sienta feliz de haber regresado a casa. Así como ese marido que habla palabras sin pensar, y lastima todo el tiempo a su esposa además de sólo hacer reclamos, sin ver todo el trabajo que ella hizo para bien de todos. Y, padres que pasan discutiendo delante de los hijos, pensando que porque son muy pequeños no entienden o son adultos y van a comprender. Juegan sobre ellos ‘sus muertos’, sus miedos, y decepciones. Cuánto peso, cuanto trauma, cuánta tristeza, cuánta inseguridad, decepción, la frustración se juega sobre los hijos todos los días. Cuántos hijos que querían tener otros padres, y no valoran. No entienden que los padres hacen todo lo que les es posible para que los hijos puedan tener una vida mejor que la que ellos tuvieron y así, los hijos juegan sus muertos sobre los padres exigiendo cada uno una vez más, en una sociedad consumista. Cuántos patrones que no pagan salarios justos y cuántos empleados que hablan que el patrón no presta -Lashon Hará – y, sin embargo, ellos mismos no hacen su parte. ¿Cuántas veces nos encontramos con personas que tienen un alto poder adquisitivo, o son personas de influencia que están cometiendo injusticias, robando y callamos por miedo de lo que ellas puedan hacernos? Nos quedamos inertes como aquel muerto que no puede hablar, o si hablamos tenemos que enfrentar tanto desgaste, tanto dolor que el precio es inestimable. ¿Cuánta muerte se carga cada día, eso todo apesta y, sin embargo, anestesiados y sin Fe creemos que es así incluso … Necesitamos eliminar la muerte de nuestras vidas, al menos aquellas que están en nuestras manos, dejar de profanar lo que es sagrado. “Rabí Eleazar el Moda’ite dijo: Aquel que profana objetos sagrados, que desgracia los días festivos, que humilla a su prójimo en público, que anula el pacto de nuestro Patriarca Avraham, o que pervierte la interpretación de la Torá contraria a la halajá, aunque tenga Torá y haga buenas acciones, no tendrá su parte en el Mundo Venidero.” (Pirke Avot 3.11).
En la Parashá es mencionando seis veces que es el Eterno el que nos santifica antes de mencionar las Fiestas. Seis veces habla de la creación, pronunciarse y hacer. Primero cumplimos, después viene a las fiestas. Obedecer en nuestro día a día, en las entrelíneas, entonces cuando percibimos ya no somos más nosotros mismos, a pesar de recordar lo que fuimos y a veces nuestra mente encuentra que todavía somos los mismos. Sé que a menudo no es fácil cumplir con la Torá por nuestros apegos, egoísmos, traumas, o por causa de personas malas. Sin embargo, podemos seguir adelante con Aquel que nos santifica.
Necesitamos entender que lo que pasó, pasó. Sólo tenemos que tomar el pasado en nuestras vidas como referencia para no errar más. Tenemos que dejar de preguntarnos cómo habría sido si hubiera sido diferente. El pasado no vuelve más. Acabó. Murió. No soy lo que era porque tengo un camino andado, no soy la misma persona que era hace diez años. Puedo cambiar mi presente y mi futuro con la ayuda y orientación del Eterno. No importa que la realidad diga que es el fin, no puede cambiar, no da para tirar los muertos que llevo, no se puede purificar. ¡No es así! Y hoy es el día que el Eterno nos da para recomenzar porque debemos ser Luz. El dolor, la opresión, la vergüenza, la deshonra, todo va a pasar como mucho ya Pasó. El Eterno nos da Emuná y nos enseña a cambiar nuestra Realidad, Él nos coloca en el camino correcto. Rezamos todas las mañanas y decimos que Él
libera a los presos, cura a los enfermos, da la vista a los ciegos, viste los desnudos, corona Yisrael con su gloria. Es el Dios que nos Santifica. Sí, con Él podemos haber cambiado nuestra realidad porque Él nos da pan que nos alimenta, Él cierra y abre puertas, desbarata a nuestros enemigos, Él nos sostiene, nos enseña y así podemos ir hasta el final. ¡Con Él nuestra historia puede ser cambiada! ¡Ese es un ejercicio de Pesaj, ejercicio de Libertad! La muerte lleva a la persona hacia abajo, pero cumplir con mitzvot/mandamientos nos libera crea en nosotros serotonina, un placer muy grande. Hoy es el día de: teshuvá, retorno, porque podemos paso a paso eliminar el Chametz – levadura, podemos controlar la tentación de llevar la mala inclinación, la muerte de nuestra vida. Hoy puede ser nuestra Brit Milá, a la circuncisión del corazón. Un día de nuevo año – Rosh Hashaná- de introspección y de arrepentimiento, nuestro Yom Kippur, día de perdón. Día de Pesaj de Redención y así empezamos hace contar los días (Omer) para el matrimonio, La recepción de la Torah, es día de grabar la Torá en nuestro corazón, en nuestra mente y en nuestra boca. Días también de Sucot de desapego, de curación. Día de Cosechas, de devolver al Eterno lo mejor que tenemos, cuidando también de los pobres y extranjeros y recibiendo del vino nuevo, de la miel y el mejor trigo. Y así, nuestra Menorah tendrá del aceite puro, como el Profeta Isaías 58 dice que la luz de la salvación del Eterno brillará como el sol y el sol nos sanará, nos guiará y protegerá por todos lados, si gritamos
por socorro Él dirá: ‘Yo estoy aquí!’, y la oscuridad que vivimos se transformará como la luz del mediodía. Seremos un jardín bien regado porque podemos comer de los Panes sagrados que están expuestos sobre la mesa de oro puro en la presencia del Eterno, un lugar sagrado. ¡Un día de Shabat!
Y, está escrito en la Parashá, un israelita hijo de un egipcio casado con una mujer israelita, blasfemó y maldijo el nombre de Di-s y por eso fue muerto fuera del campamento por la lapidación de todo el pueblo, después de la imposición de manos de los que oyeron la blasfemia. Eso me hace recordar una experiencia que tuve:
“En un período de mi vida he vivido en una pequeña y acogedora ciudad del Estado de Mato Grosso. Tenía como hábito, al atardecer, hacer caminata pasando siempre por los mismos lugares. En uno de esos días comunes, miré al otro lado de la calle y vi un bar (lugar que vende bebidas, bocadillos, cigarrillos) con música alta, aquella música que habla de amores deshechos y tristeza. Pero en aquel día lo que me llamó la atención fue el nombre del bar ‘Kadosh’. Cuando leí, le dio a mi corazón un dolor tan grande, un temor como nunca antes, ni después sentía que uno de los Nombres del Eterno era profanado. Vino un tipo de revuelta mezclada desesperación entonces, movida por un impulso fuerte atravesé la calle y me fui al bar. El lugar no concuerda con el nombre y cuando llegué a la puerta tenía una gran alfombra con el nombre del bar impreso (Kadosh) donde las las personas caminaban en él. Eso me dejó más desesperada. Solicité hablar entonces con el dueño del bar. Se me informó que la persona no estaba y que era una persona religiosa por eso colocó ese nombre en el bar. He explicado a la persona lo que estaba sintiendo y que porque pensaba que el nombre no concuerda con la ubicación. Le pedí que le explicara todo para la dueña del bar, dejé mi contacto y
sugerí que al menos quitase la alfombra del suelo, etc. La funcionaria dijo que transmitiría lo que dije a la dueña del bar. Sal de allí y continué mi caminata. Ya había pasado tantas veces por allí, leído el nombre y nunca sentí nada igual. La dueña del bar nunca me procuró ni quitó el tapete de ahí. Cuando llegué a la casa, ese sentimiento había pasado. No me molestaba más. En ese período me quedaba un tiempo en aquella ciudad y otro tiempo en otra ciudad. Un tiempo después, en el regreso de un viaje cuando fui a hacer caminata percibí que el bar había cerrado. Me enteré de que la dueña del bar sufrió un accidente y murió. No estoy diciendo que ella murió por causa de eso o de aquello, sólo el Eterno lo sabe. Sólo sé que a través de ese bar y de uno de los Nombres del Eterno, tuve un sentimiento de temor que nunca había sentido antes, sólo lo conocía de conceptos y los oía decir. ‘
Una vez un juez preguntó: ¿Cómo conciliar el ojo por ojo, diente por diente con amar al prójimo como a ti mismo? La conclusión a la que llegamos a mi marido y yo es que es totalmente viable como en el caso del demandado que cumple sentencia en la penitenciaría (ojo por ojo), sin embargo,
En la penitenciaría él es tratado con ética -Amar al prójimo como a ti mismo-.
Parecía que estábamos condenados a la muerte, sin salida, pero el Eterno está transformando nuestras vidas, y hoy como un milagro, estamos aquí. El Eterno, bendito sea Él, busca de todas las formas, nos envuelve con sus brazos de amor, nos enseña, nos ayuda de todas las formas, nos da
Mitzvot y los días festivos que ayudan y ayudan a nuestro pueblo a crecer en santidad. Podemos santificarnos, pero es el Eterno que nos da la kedusha cuando nos acercamos a Él. ¡Torá Chaim!
13 Iyar 5779
Anizia Ferreiro
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