Parashá Toldot
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Parasha Vaishlaj (Portugués)
diciembre 14, 2019
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Parashá Vaietze

La parashá Vaietzé inicia narrando como Yaakov salió de Beer-sheba y se dirigió hacia Jarán, huyendo de su hermano Esav que buscaba matarlo y, por otro lado, con la intención de conseguir una esposa (Itzjak, 2000). Encontramos, además que nos ofrece variados temas de enseñanza:

  1. el pacto de Dios con Yaakov y su descendencia, el establecimiento de la piedra fundamental de Bet-El,
  2. el voto de Yaakov de diezmar todo lo recibido de Dios,
  3. el nacimiento de los doce fundadores de las tribus de Israel.

Más, quiero, en esta ocasión, centrarme en el significado de la lucha de Yaakov contra la naturaleza deshonesta de su suegro Labán. Si bien, este jamás violentó abiertamente a Yaakov, si se comportó tal como los explotadores lo hacen con el desposeído; de manera que, escucha la historia de Iaakov y ante su situación de carencia, le recibe con promesas de ayuda y consuelo; para mantenerle a su servicio durante largo tiempo en espera de la recompensa que, por diversas razones, nunca ha de llegar.

A este respecto, inicialmente se narra, cómo Yaakov amó a Rajel hija de Labán, desde que la conoció y le pide a éste, se la dé en matrimonio, a cambio de trabajar por ella durante siete años; más, cumplido el plazo Labán lo engaña entregando en cambio a la hija mayor; Lea (la primogénita) , es importante recordar que, antes, Yaakov había engañado a su hermano Esav para que este le cediera la primogenitura.

Yaakov accede a trabajar siete años más por Rajel, y posteriormente se ve obligado a trabajar seis años más para recibir su paga.

Detalle esencial de esta parashá es que, en el trato inicial, Yaakov pide como paga, se le concedan los ejemplares moteados, veteados, rayados y marrón del rebaño, situación que su suegro intenta aprovechar separando todos los ejemplares mencionados, del rebaño principal, con la intención de no permitir a Yaakov prosperar, sin prever en sus malogradas intenciones, que está ayudando a que el aislamiento , más el conocimiento sobre la cría de rebaños, generen las condiciones para fortalecer las características y genética del rebaño de su yerno, con lo que a la larga, su propio rebaño principal se ve rebasado en número y calidad.

Transcurrido el tiempo, y una vez que nace Yosef hijo único de Yaakov con Rajel, Dios le indica que ha llegado el tiempo de volver a casa de su padre Itzjak, pero Yaakov tiene que marcharse junto con su gente de manera furtiva ante la negativa de su suegro, de permitirles marcharse.

Es evidente el desequilibrio en la mente de Labán; pues, cuando les da alcance, reclama como su propiedad a las hijas por las que Yaakov había ya trabajado sendos períodos de siete años; e inclusive reclama la propiedad de los nietos y de los rebaños que había acordado dar por pago a Yaakov; y que éste, gracias a su conocimiento de la cría, había hecho multiplicarse junto con sus demás posesiones. Finalmente, y gracias a la intercesión de Dios, Labán desiste de su intención de mantener a Yaakov como virtual esclavo, trabajando para él y llegan a un pacto de no agresión mutua; entonces, Labán le permite a Yaakov marcharse con su familia y posesiones.

¿Qué sostuvo a Yaakov de darse por vencido?

Algo importante es que para el pueblo judío la pobreza no es inevitable; tal como está escrito en el Deuteronomio (4:15): “Bien que no debe haber en medio de ti menesteroso alguno”, y se lee también en el Deuteronomio (4:11): “Porque no dejará de haber menesteroso en la tierra, por lo mismo yo te mando diciendo: Ampliamente has de abrir tu mano a tu hermano, es decir a tu pobre y tu menesteroso en tu tierra”.

 A este respecto, Yehuda Amijai cita lo siguiente, de B. Kliksberg y sulibro “El judaísmo y su lucha por la justicia social”:

“Uno de los mayores pensadores judíos de fines del Siglo XX, Yeshayahu Leibowicz considera que la contradicción no es real como sucede con otros pasajes de la Biblia. Reflexiona Leibowicz: que la visión de que no habrá pobres en medio de ti, ‘no debe entenderse como una promesa divina, sino como una exigencia impuesta al hombre. Nosotros debemos evitar crear una realidad en la que habrá indigentes entre nosotros’. La orientación está trazada, no debe haber pobres, pero su realización depende del modo como las sociedades se organicen y actúen.” (Amija citando a Klinsberg, 2019)

Así pues, en la mente de Yaakov probablemente había ya, la semilla de estos mandatos escritos con posterioridad, por lo que la desesperanza no era una opción, y lo vemos cuando usa su conocimiento de crianza de rebaños, para aumentar la fecundidad y fortaleza de los propios; sin hacer lo mismo por los de su suegro, lo que le acarrea el aumento de sus bienes, pero también la envidia y señalamiento de los hijos de Labán y de este mismo; pues para ellos erradicar la pobreza no era una opción, antes bien, el servirse del pobre era una práctica.

Por otro lado, encontramos de parte de Yaakov, las características de quien; a pesar de su situación apremiante, evita volverse dependiente de su explotador, mantiene su individualidad, y no se deja seducir por promesas dulces que se ven pospuestas una y otra vez en los hechos, trabaja paciente y diligentemente en mejorar sus condiciones, a partir de lo que tiene, logrando a futuro una situación que; como he mencionado,  llega incluso a generar la envidia de sus represores. 

Es digno de mencionarse que la inicial condición que enfrentó Yaakov; de presentarse para alguien con una personalidad menos firme, sería capaz de llevar a la desesperanza y sensación de desamparo. Tomemos en cuenta que Yaakov viene huyendo de su hermano Esav que ha jurado matarlo, dejó atrás su casa, su historia, su vida conocida y a su querida madre, y llega ante su tío Labán, hermano de su madre buscando una esposa; pero llega con las manos vacías, circunstancia que no era bien vista en ese entonces; antes bien, llegaba él como pobre y menesteroso a la tierra de Jarán, sin nada que ofrecer a cambio.

Preguntemonos entonces:

  • ¿para mí la idea de pobreza es una condición ante la que me siento indefenso? O ¿es una situación que busco erradicar apoyando con lo que esté a mi alcance?

Si bien, el judaísmo no busca erradicar la pobreza, sí está a favor de apoyar al necesitado de manera voluntaria; ahora respecto a la creencia de indefensión hay que cuidar de no poner el escenario para afectar; en vez de ayudar al necesitado al ayudar a cumplir lo que comenta Rashi  67b:9:1: ”él tiene (bienes) , pero no quiere apoyarse a sí mismo con sus propios bienes; sino sólo a través de Tzedaká, y se aflige a sí mismo con hambre” (Rashi, 2019).

Es decir, que aquel que, teniendo los bienes, capacidad o habilidad para mejorar su situación por precaria que sea; tal como hizo Yaakov en Jarán, prefiere vivir el papel de víctima, en espera de que sea alguien más quien cubra sus necesidades; y si permanentemente lo hiciera, el que ayuda al necesitado, ya no estaría haciendo tzedaká, sino manteniéndole, y de esta manera no le permitiría desarrollar la capacidad, conciencia o voluntad de salir adelante y progresar, perpetuando así su condición de mendicidad lo cual a la larga no es justicia, sino un gran daño.

Una lección por aprender sería que:

Igual que Yaakov; en caso de requerirlo, hay que tomar la ayuda, como tal, sin volverse dependiente; en cambio, usando de las habilidades y conocimientos personales, para, en lo posible, volver a favor las condiciones que parecieran desfavorables y a largo plazo mejorar sustancialmente, hasta independizarse de las circunstancias que nos tengan atados.

  • Por otra parte: ¿Soy como Labán, doy con desagrado y me sirvo de aquellos en condición desfavorable?

Considerando lo enunciado por el Rambam en su Mishné Torá en el apartado Leyes de la caridad, 10:7-14 Labán, al contratar a su servicio a Yaakov, estuvo en la posibilidad de hacer el nivel mayor de caridad de los ocho clasificados; pues de haber tenido la intención de “fortalecer su mano hasta que ya no necesitara depender de otros…” llevaría desde su corazón a su yerno, a la independencia.

Por el contrario, al dar de mala gana y servirse de él con engaños y estafa. Labán accedió al nivel inferior de caridad en la relación con su yerno; y, además, transgredió lo que nos fue ordenado: “No robarás… no conservarás [injustamente] lo que le pertenece a tu prójimo. No hurtarás” (Levítico 19:11, 13), por medio de usar continuamente engaños, para sacar ventaja de Yaakov y mantenerle trabajando para sí, sin la intención de verdaderamente permitirle gozar de su paga y bienes generados, para así volverse independiente del control de Labán.

La lección en este caso podría ser que:

Labán, en su corta visión, buscó siempre la ventaja inmediata, sin comprender que la relación con alguien con las características de Yaakov, podría haberle sido mucho más benéfica, al sumar esfuerzos ; aprender de él las características positivas que lo distinguieron y conservar todo esto como una ventaja permanente; en vez de tener que hacer un pacto de no agresión y poner una separación entre sí; pues el poder y capacidad de Yaakov tras veinte años de trabajo duro y constancia lo habían vuelto próspero y un poderoso rival para Labán, quien con su mencionada corta visión, no logró el poder y crecimiento correspondientes en comparación a Iaakov.

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Jorge S. Bolaños

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