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Parashá Shemot

Shemot es una parte de la porción semanal de la Torá de esta semana, Shemot o Nombres también es el título de todo el libro que en español se conoce como Éxodo y Shemot es la primera porción o parashá del libro del mismo nombre. En esta porción de la Torá comienza con los nombres de los hijos del patriarca Yaakov que llegaron a Egipto y que cuya descendencia posteriormente serían las doce tribus de la nación de Israel, luego, del párrafo que nos dice: “Y los hijos de Israel fueron fructíferos, pululaban, se multiplicaban y crecían mucho, y la tierra se llenó de ellos”. 

Por lo que pasamos del drama familiar patriarcal a la construcción de una nación en ciernes, en otro párrafo el narrador nos dice “Y Yosef murió, y todos sus hermanos con él y toda esa generación”. Por lo que vemos cómo los descendientes de los hijos del patriarca Yaakov se han transformado, no precisamente en una nación cohesionada, sino, más bien en un grupo humano considerable con vínculos históricos. Sin embargo su número fue suficientemente grande como para asustar a Faraón y a los egipcios. Un Faraón que no conoce a Yosef, porque que no es el mismo faraón que invitó a Yaakov y a los hermanos de Yosef a vivir en Egipto.

En un intento desesperado por cortar ese asombroso crecimiento de nuestro pueblo, Faraón se acerca a dos parteras (Shifra y Púa) y les ordena que maten a todos bebés varones israelitas. Las parteras en claro desafío y arriesgando sus vidas desobedecen a Faraón, en la actualidad se les llamaría objetoras de conciencia. Hasta donde sé, ellas no fueron alentadas a desobedecer a Faraón por órdenes de alguna fuente externa, más bien actuaron así, porque tenían un fuerte sentido común y sentido de lo correcto.

Posteriormente Faraón decreta que cada bebé israelita sea arrojado al Nilo para que murieran ahogados. La madre de Moshé, Yojeved, lo oculta y luego su hermana Miriam y Batya la hija de Faraón le salvan la vida. Ella le da el nombre de Moshé, (El historiador Paul Johnson sugiere que el nombre de Moshé era Moses, que es un nombre egipcio.) La hija de Faraón lo adopta como su si fuera su propio hijo, lo cría, lo educa y crece en el palacio real egipcio. (Este mito del tirano que ordena la muerte de niños varones, se ve con cierta frecuencia en la mitología de las culturas de medio oriente.).

Sintiéndose los egipcios amenazados por la presencia de los hijos de Israel que florecen en su tierra, Faraón en varias etapas y luego, en movimientos rápidos, obtenemos la esclavitud y sometimiento, el narrador nos dice “los egipcios esclavizaron a los hijos de Israel con un trabajo agotador”, por lo que nos convertimos en una humilde casta de esclavos, cruelmente manejados por sus capataces déspotas y abusivos. El plan de faraón era matarnos de fatiga para reducir la población israelita y aislarnos de la sociedad egipcia, posiblemente era que los egipcios se estaban convirtiendo al judaísmo o para minimizar la influencia israelita en Egipto.

Moshé crece y cuando ve por vez primera el dolor y sufrimiento del pueblo, se activa en él un sentido de justicia combinado con ira. Cuando ve a un egipcio maltratando a un israelita, mata al egipcio y luego esconde su cuerpo. Posteriormente se da su exilio, el pozo de agua, se casa con Séfora y se convierte en pastor de su suegro Yetro y la zarza ardiente, vemos la transformación de Moshé hasta llegar a ser un gran guía y una autoridad moral para los israelitas, que hasta la fecha nadie ha logrado superar.

En mi conclusión esta porción de la Torá tiene muchos héroes. Estos héroes que en su mayoría son mujeres (Las parteras, la madre y la hermana de Moshé y la hija de Faraón), que en su mayoría son mujeres normales sin superpoderes, pero que muestran una valentía extraordinaria y terminamos con Moshé con su gran sencillez y empatía por el sufrimiento de nuestro pueblo. Se dice que la indiferencia al ver una injusticia y no hacer nada, en cierto grado, es ser cómplice de esa injusticia, por lo que la empatía, es esa gran capacidad emotiva de interiorizar la situación de otra persona ajena a nosotros y de hacer algo por aliviarla de manera activa, nunca pasiva. Para terminar podemos decir que Dios escogió a Moshé para liderar la liberación de nuestro pueblo del Egipto de Faraón, por su gran humildad, ética, moral y porque Moshé personificó y ejemplificó la empatía por nuestro pueblo y por otras personas que sufrían.

B”H

21 Tevet 5780
Alejandro Coutiño

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