CHAIÊ SARAH (ES)
octubre 31, 2021
HAFTARÁ VEYASHEV
noviembre 28, 2021
Muestra todo

Parashat Vayishlaj

Parashat Vayishlaj

Contextualizando, es muy conocido para nosotros el episodio del plato de lentejas por el que Esav vende su primogenitura a su hermano Yaakov, y cómo Rivka, su madre, le hace a Yaakov fingir que es su hermano, para recibir la bendición del primogénito, y debo agregar, y el derecho de poseer las dos terceras partes de la herencia de Yitzjak. Cuando Esav cayó en cuenta de todo esto, montó en cólera y aseguró que daría muerte a su hermano. 

Yaakov huyó de la ira de su hermano y encontró a su tío Laván y se enamoró de una de sus hijas, de nombre Rahel, que asegura Bereshit que era muy hermosa. Después de servir a su tío Laván durante veinte años, a cambio logró casarse con ambas hijas Leah y Rahel. La explicación es que, después de siete años de trabajo que le pidió por casarse con su hija Rahel, el tío Laván desliza a la hija mayor, Leah quien no era tan agraciada, al lecho nupcial la noche de bodas, y al ser reclamado por Yaakov le dice “No es costumbre en mi familia que la hija menor se case antes que la mayor”. Leah entonces es su esposa y su tío le da a su hija menor Rahel por esposa una semana después, a cambio de los siguientes siete años de trabajo. Cuando Yaakov por fin escapa del yugo de su tío Laván, ya han pasado veinte años desde su llegada.

De vuelta hacia Kenaán, ya liberado del compromiso de trabajo con sus familiares, Yaakov envía emisarios a su hermano para que sepa que va a su encuentro, evidenciando con ésto, que deseaba hacer las paces con su hermano. Sus emisarios, le avisan que su hermano Esav viene con un grupo de 400 hombres.

Dice el gran exégeta Rashí que Yaakov al ver que Esav venía con 400 hombres se preparó para tres cosas:

1.- Para ofrecerle presentes a su hermano, como está escrito.

2.- Para pedir la protección de Dios orando al decir “Dios de mi Padre Yitzjak”.

3.- Para combatir si fuese necesario al decir “El campamento restante sobrevivirá”.

¿Por qué prepararse para los tres escenarios? ¿Acaso no confiaba en que el Eterno iba a propiciar el feliz encuentro con su hermano? Esto nos enseña que aún los Tzadikim no deben esperar en total estado de pasividad, los brazos cruzados, a que llegue la ayuda de Dios, ¡no es posible que alguien pase su vida rezando a Dios para superar una crisis económica mientras no quiere hacer ningún trabajo! ¡Del mismo modo no es posible que alguien pida a Dios salud y no ser infectado con el virus del COVID-19 si no se cuida ni se vacuna! incluso el Zohar dice Mehitorerutá diltata, atá hitorerutá dilmala (cuando se actúa en la tierra, también en los cielos se ayuda).

Yaakov envía emisarios llevando hatos de ganado como regalo a encontrar a Esav y les indica que digan: “son para mi señor Esav de parte de su siervo Yaakov”. Esta no es una muestra de sumisión, sino de humildad. Cuando tienes necesidad de enfrentar a alguien no lo menosprecias, siempre consideras que es alguien tan preparado o más que tú para la pelea, y si lo subestimas, seguramente acabarás derrotado por confiado. Posiblemente se haya tratado de una incipiente guerra psicológica, en la que intenta, y finalmente lo logra, bajar la guardia de la actitud de pelea de Esav. Es, además de conciliadora, una acción política para evitar la confrontación tanto como sea posible y no tener que recurrir a la pelea. ¿Es de alguna manera un soborno? Puede ser, pero es válido pues se trata de su hermano.  

En caso de un enfrentamiento necesario con un adversario, el miedo no solamente debe ser a morir; también debe existir el miedo a tomar una vida, lo cual es un asunto muy grave y muy serio. Divide su campamento, como está dividido el Pueblo Hebreo para su supervivencia; si atacan a una parte, el resto del pueblo sobrevivirá.

¡Actuar! ¡Eso es lo que se necesita! y el Eterno lo ha dejado ver en varias de sus interacciones con nuestros Antepasados:  “Y dijo Dios a Moshé: ¿por qué clamas a mi? ¡Habla a los hijos de Israel que se muevan!” dice Shemot. Y es en la misma circunstancia con Yehoshua: “y dijo Dios a Yehoshua: Levántate, ¿por qué estás así postrado con el rostro en la tierra?”. De ahí debe haber nacido ese proverbio de “Ayúdate y Dios te ayudará” o en España “A Dios rogando y con el mazo dando”. Orar y trabajar. En un nivel más alto que el “Dame”; es el “Ayúdame”: Si ya tengo trabajo y estoy realizándolo de la mejor manera posible oro pidiendo la ayuda del Eterno para que me vaya bien el mismo. Si me sigo preparando y siempre voy a mi trabajo con gusto y estoy consciente que cada uno de nosotros tiene su rol que jugar en esta bien engrasada maquinaria que es el mundo, oro pidiendo la ayuda del Eterno para obtener una mejora en el emolumento que recibo a cambio de mi trabajo.

Bereshit relata que lucha después Yaakov con un ángel y no ceja en el intento de pelear con él para que le bendiga, hasta que el ángel le toca la coyuntura del muslo y lo disloca. Los Israelitas entonces reciben la prohibición de comer ese nervio; y Yaakov recibe el nombre de Yisrael (el que lucha a un lado de Dios). Dice el Séfer Jasidim que nadie se los prohibió, sino que los propios hijos de Israel prometieron no comer ese nervio, pues sintieron que fue culpa de ellos -que no acompañaron a su padre Israel-, que su Padre terminó con cojera. ¿Con quién luchó Yaakov? Con su ángel guardián, y el Jafetz Jaim dice que el Yetzer Hará (la inclinación a hacer el mal) es el ángel con el que el ser humano constantemente tiene una lucha sin cuartel.

Según el Talmud, es una prohibición de la Toráh introducido por Moshé para indicar su origen. La ciencia dice que el nervio es la parte de más difícil digestión, especialmente éste; y que puede terminar siendo una sustancia nociva para el cuerpo humano. Los Menakerim (carniceros de la época) estaban especializados en retirar este nervio y sus ramificaciones de la carne. Hoy no es posible hacerlo, por lo que no se come la parte trasera del muslo del animal.

Es de hacer notar que en esta parte, es cuando  Dios le da el nombre de Yisrael a Yaakov, “El que peleó a un lado de Dios” y cuyo nombre (ישראל) se compone de las iniciales de los tres patriarcas y las cuatro esposas:

י – Yud – Yitzjak y Yaakov (יצחק ויעקב)

ש – Shin – Saráh (שרה)

ר – Resh – Rahel (רחל)

א – Alef – Abraham (אברהם)

ל – Lámed – Leah (לאה)

Esta es una forma de que siempre recordemos en Am Israel quiénes fueron nuestros Padres y Madres “Avoteinu” e “Imoteinu”, quienes fueron bendecidos por el Eterno para dar comienzo el pueblo más longevo sobre la faz de la tierra. No ha sido porque ha permanecido en silencio o sentado a la vera del camino en espera de la iluminación. Ha sido porque ha sido un pueblo trabajador y tesonero. Un sobreviviente de mil conjuras y otras mil persecuciones de sus enemigos.

Y ya que hablamos de los nombres, como el de Israel, ganado a pulso por nuestro Padre Yaakov, veamos qué dice esta Parashat sobre el nombre de el Eterno:

Dice el Versículo 11 del Cap. XXXV: 

ויאמר לו אלהים אני אל שדי …

“Vayomer Lo Elohim: Aní El Shadai…”

“Y le dijo el Eterno: Yo soy el Dios Todopoderoso…”

Las tres letras de la palabra Shadai (שדי) Que significa Dios Todopoderoso y Omnipotente constituyen también las iniciales de cada una de las tres palabras 

(שומר דת ישראל) Shomer Dat Israel “Guardián de la fe de Israel” y también las letras iniciales de cada una de las tres palabras (שימר דלתות ישראל) Shomer Daltot Israel “Guardián de las puertas de Israel”   y esa es la razón por la que está escrito en la parte externa de la Mezuzá que colocamos en los postes de entrada de nuestras puertas.

Al pasar el tiempo, y cuando Yitzjak feneció, sus hijos Esav y Yaakov le dieron sepultura. La costumbre hebrea exigía que los hijos sepultasen con sus propias manos a sus padres. Así lo hicieron Yitzjak e Yishmael con Avraham. Yósef y sus hermanos acompañaron los restos de Yaakov y le dieron sepultura en la tierra de Kenaán.

La haftaráh de Vayishlaj corresponde al Cap. I, versículos del 1 al 21 de Obadías, y es en la primera parte una arenga al pueblo para levantarse contra Edom, que es un pueblo pequeño y enclavado en la montaña, y dice: “Aunque te remontares como el águila y entre las estrellas pusieres tu nido, de ahí te haré bajar, dice el Eterno”.

Habla al Pueblo de Israel y, una vez más los conmina a la acción. No dice: “vamos a permitir que ellos se rebelen en contra de Israel. No es importante. Dejemos que el tiempo pase”, sino que les exige se pongan en pie de guerra para ir y acabar con el enemigo. Es un Dios guerrero, que amenaza al pueblo de Edom y muestra que su brazo de justicia es el pueblo de Israel.

Les habla a los Edomitas y les dice que ha habido compasión entre los ladrones, los vendimiadores y salteadores. Le reclama haber sido testigo de un crimen contra Yerushalaim y no haber hecho absolutamente nada y permanecido impasibles; lo mismo haber ingresado después a la ciudad a efectuar actos de rapiña. Finalmente les amenaza con destruir completamente la Casa de Esav.

Principalmente su reclamación es la no-acción. Permanecer impasibles ante el dolor ajeno, para después sacar provecho de la desgracia. Toda esta Parashá no es más que una conminación poderosa a que actuemos. Hay tiempos para orar y tiempos para actuar. Eso es lo que el Judaísmo nos enseña.

Shabbat Shalom. 

יצחק בן אברהם ושרה

Yitzjak B”A V”S

Kislev 16, 5782.
Noviembre 20, 2021.

britbraja.mx
facebook.com/Britbrajamex/
twitter.com/MxBrit/
instagram.com/britbraja/
pinterest.com.mx/britbraj/

[La imagen puede estar protegida por derechos de autor]