HAFTARÁ VEYASHEV
הפטרה וישב
(Y Residió) Amos 2:6-3:8
Amos es uno de los 12 profetas menores, no debido a su importancia sino por lo corto del libro.
Vivió durante los años 780 – 740 AEC. En el reino del Norte llamado Israel, durante el reinado de Jeroboam II. Fue un pastor que al igual que a David Dios lo llamo a su servicio pero como profeta.
Exhibió la corrupción, la injusticia y el ritualismo sin ética. Lo que provocó que fuera acusado por Amasías sacerdote de Beit-El de conspirar contra el rey y terminó asesinado por uno de los hijos del sacerdote según el libro apócrifo de la vida de los profetas.
La conexión de ésta haftará con la parashá semanal, es la temática del abuso de los fuertes sobre los más débiles. Que al igual que los hermanos de Yosef quienes lo maltrataron y fingiendo su muerte lo vendieron como esclavo. El reino de Israel tomaba la misma actitud con los indefensos.
El profeta escribe:
6 כֹּ֚ה אָמַ֣ר יְהוָ֔ה עַל־שְׁלֹשָׁה֙ פִּשְׁעֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל וְעַל־אַרְבָּעָ֖ה לֹ֣א אֲשִׁיבֶ֑נּוּ עַל־מִכְרָ֤ם בַּכֶּ֙סֶף֙ צַדִּ֔יק וְאֶבְי֖וֹן בַּעֲב֥וּר נַעֲלָֽיִם׃
7 הַשֹּׁאֲפִ֤ים עַל־עֲפַר־אֶ֙רֶץ֙ בְּרֹ֣אשׁ דַּלִּ֔ים וְדֶ֥רֶךְ עֲנָוִ֖ים יַטּ֑וּ וְאִ֣ישׁ וְאָבִ֗יו יֵֽלְכוּ֙ אֶל־הַֽנַּעֲרָ֔ה לְמַ֥עַן חַלֵּ֖ל אֶת־שֵׁ֥ם קָדְשִֽׁי׃
8 וְעַל־בְּגָדִ֤ים חֲבֻלִים֙ יַטּ֔וּ אֵ֖צֶל כָּל־מִזְבֵּ֑חַ וְיֵ֤ין עֲנוּשִׁים֙ יִשְׁתּ֔וּ בֵּ֖ית אֱלֹהֵיהֶֽם׃
6 Kó amar Adonai al Shloshá pishei Israel ve al arbaá lo ashiveinu al mijram bakésef tzadik ve-evyón ba-abur na-alaim
7 Hashoafim al afar eretz berosh dalim vedérej abavim yatú veish veaviv yeljú el ha-na-ará lema-an jalel et Shem Kadosh
8 Veal begadim javulim yató etzel kol mizbaj veyein anushim yishtó beit eloheihem.
6 Así ha dicho El Eterno: Por tres delitos de Israel, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque vendieron por dinero al justo, y al pobre por un par de zapatos.
7 Pisotean en el polvo de la tierra las cabezas de los desvalidos, y tuercen el camino de los humildes; y el hijo y su padre se llegan a la misma joven, profanando mi Santo Nombre.
8 Sobre las ropas empeñadas se acuestan junto a cualquier altar; y el vino de los multados beben en la casa de sus dioses.
En un inicio el profeta dice que a Israel no le importa cometer uno, ni dos ni tres pecados, aún está listo para cometer un cuarto, es una expresión que se refiere a que cuando alguien no pone freno y se concientiza que está mal, este patrón seguirá una y otra vez, como dicen la tercera es la vencida pero una cuarta significa que no has aprendido nada y no estás dispuesto a cambiar.
El primer paso del arrepentimiento en el judaísmo es reconocer que has hecho mal y el sistema de teshuvá concluye con no volverlo a cometer; así que aquí el profeta claramente nos enseña que cuando uno se convierte en permisible de los errores y no los redime, se tiende siempre a cometer cosas cada vez peores.
Y claramente uno de los actos más ruines del ser humano es abusar de la gente humilde, de las buenas personas y de los grupos más vulnerables. Ante estas acciones Dios no está dispuesto a exonerar.
El profeta habla de Jilul Hashem que no es otra cosa más que la profanación del Nombre de Dios, que se da no solo con actos de idolatría como se suele afirmar, sino también se profana el nombre de Dios al abusar de los desvalidos y pobres.
Si se dan cuenta el profeta pone en el mismo plano del abuso sobre la gente humilde a los actos religiosos de la más profunda abominación que en su momento era la idolatría y los actos sexuales dedicados a dioses extraños.
En otras palabras, hacer el uno, es igual a hacer el otro!!
Amos defiende la tesis de que comportarse con justicia es mucho más importante que el ritual (Amós 5: 21-24 ). Creía que “El culto ceremonial no tiene valor intrínseco… el único servicio genuino de Dios consiste en la justicia y la rectitud (5:24)”.
Estas palabras nos inducen al sentido más profundo de la ética profética donde aprendemos cosas que bien podríamos a prueba en nuestra vida diaria. De ésta manera la esencia de la Torá continúa vigente a través de las enseñanzas de profetas como en éste caso Amos.
Como pudimos percatarnos en la biografía de Amos nos damos cuenta que, al contrario de muchos supuestos “Profetas modernos” que polulan desde vulgares sectas donde dicen hablar con Dios para adivinarte el futuro como si el profeta fuera un simple adivinador o peor aún quienes se dicen profetas porque son receptores de supuestas órdenes que no son más que palabras de manipulación y abusos de personas vulnerables, que saquean descaradamente a los pobres y abusan de la gente humilde. Justo lo contrario al mensaje de los profetas.
Así pues, un verdadero profeta era aquel que hablaba con Dios y debía dar mensajes contra los abusos de autoridad, contra el maltrato a la gente humilde y pobre. Denuncias que debía señalar fuera a quien fuera, por este motivo era común que se metieran en problemas con la gente poderosa, gente que por supuesto los veían como una piedra en el zapato, al punto de que los perseguían y los asesinaban cruelmente. Ese era un profeta, no los payasos modernos que dicen serlo.
Los profetas como Amos te incitan a denunciar la injusticia, a hacer algo por ayudar a los necesitados y tener siempre en la mente que el acto más ruin de un ser humano es no proteger al desvalido, cueste lo que cueste.
Claramente no todos podemos a aspirar a ser como el profeta Amos, porque para ello se requiere no solo de buenos deseos, y buenos sentimientos o solo rezar y rezar por los necesitados. Significa tener valor para buscar la justicia hasta sus últimas consecuencias y eso… Eso no es para todos.
Shabat Shalom
Israel ben Rivka
Kislev 23, 5782.
Noviembre 27, 2021.
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