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Haftará Shoftim
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Muestra todo

Haftará Reé

Isaías 54:11-55:5

En la lectura de la parashá en Devarim (11:26-16:17) Moshé se encuentra en sus últimos días como líder y realiza una especie de preparación para el pueblo, que está por entrar a la tierra prometida. La parashá inicia hablando sobre la bendición y la maldición, cómo ambas han sido puestas delante del pueblo y posteriormente se abordan algunas mitzvot como: hacer desaparecer la idolatría, la ofrenda voluntaria,  los sacrificios, la shejhitá, los diezmos, las tres fiestas de ascenso a Ierushalaim, etc.

Sabemos que cada una de las haftarot de las primeras 41 parashiot del año están relacionadas con la parashá de la semana, desde la destrucción del segundo templo los sabios ordenaron que las haftarot leídas en los 7 shabatot que hay entre el 9 de Av a Rosh HaShaná sean tomadas de las profecías relacionadas con los “consuelos”  a la nación, por la destrucción de los templos y justo son llamadas “Las siete del consuelo”, todas extraídas de los capítulos de Isaías. 

Sin embargo las alegorías en estas lecturas, son muy interesantes cuando profundizas un poco en las palabras y los contextos. Por un lado leemos en la parashá:

Reé (Mira), hoy presento ante Ustedes la bendición y la maldición. No nos dice “escucha” (Como en Shemá Israel…sino “mira”), pero de la misma forma que escuchar no es sinónimo de oir, ver no es sinónimo de mirar, sus contenidos son semanticamente diferentes:ver se define como percibir por los ojos los objetos mediante la acción de la luz, percibir algo por el sentido de la vista, mientras que mirar se describe como fijar la vista en un objeto, aplicando juntamente la atención, puede decirse que ver alude más a una determinada capacidad física, y mirar a cierto acto consciente y deliberado, es decir quese hace de forma voluntaria e intencionada después de haberlo pensado. Ciertamente vemos todo lo que miramos, pero no miramos todo lo que vemos; para mirar necesitamos ejercer, en alguna medida, la voluntad.

Si per se, el  testimonio que uno obtiene a través de su sentido de la vista es irrevocable, y  puede llegar a tener el estatus de categórico y definitivo, a diferencia de lo que uno escucha, que puede prestarse a interpretaciones. El versículo intenta transmitir que lo que se ha puesto enfrente, no es un mero rumor que pudiste haber escuchado y que eventualmente pueda cumplirse o no; se trata más bien de una evidencia tan real y tangible como si la pudieses ver con tus propios ojos. 

Y el texto continúa:  La bendición, si escuchares (Tishmeú) los mandamientos del Eterno vuestro Dios que yo les ordeno hoy. Y la maldición, si no escuchareis (Lo Tishmaú) los mandamientos del eterno, vuestro  Dios, y se apartan del sendero que yo les prescribo hoy siguiendo a ídolos de otros, de los que jamás supieron. Ustedes  están próximos a cruzar el Iardén para conquistar la tierra que El Eterno, vuestro Dios, les da. Ustedes la tomarán en posesión y se establecerán en ella. Sean cuidadosos en cumplir (Ushmartem laasot)  todos los decretos (juquim) y las leyes (mishpatim) que hoy presento ante Ustedes.

Haftará Reé es la tercera de las siete haftarot de consuelo y habla sobre los tiempos de redención y el mesías e inicia diciendo:

¡Pobre afligida, atormentada y desconsolada (Ierushaláim)! He aquí Yo (Hiné Anojí), haré tu piso de gemas y tus cimientos de zafiros. Haré tus ventanales de rubíes, tus portales de piedras brillantes, todo tu territorio de piedras preciosas. Todos tus hijos serán estudiosos del Eterno y abundante será la paz de tus hijos. Merced a tu rectitud serás establecida (con bienestar). Aléjate de la opresión no deberás temerle y del pánico, pues no se acercará a ti. 

En verdad debe temer quien se haya alejado de Mí. Quien te enfrente agresivamente caeráante ti. He aquí Yo, he creado al herrero, que sopla el fuego del carbón y extrae la herramienta para su oficio; y Yo he creado al destructor para demoler. Ningún arma forjada contra ti tendrá éxito y a toda lengua que en juicio se levante contra ti, condenarás. Ésta es la herencia de los servidores del Eterno y su rectitud  proviene de Mí, dice El Eterno.

Hiné, que se traduce como He aquí, significaaquí lo tiene o tienes. Anojí se traduce como Yo (Éxodo 20:2 Yo soy) representa “La esencia” misma del Ein Sof que se manifestó en Sinaí diciendo:

Yo soy El Eterno, Tu Dios (Anojí Adonay Eloeja)

Dios manifestando su esencia, trascendencia e inmanencia es el punto donde confluyen nuestras lecturas,  Dios como creador de todas las cosas y por lo tanto, todo está en Dios: no existe nada fuera de Él.

Isaías 45:6,7

Para que sepan desde donde sale el sol hasta donde se pone, que no hay nada aparte de Mí. Yo soy El Eterno, y no hay nada más. Forma la luz y crea la oscuridad. Hace la paz y crea  el mal. Yo soy El eterno que hago todo esto.

La luz y la oscuridad, el árbol del conocimiento del bien y del mal, lo bueno y lo malo, la inclinación al bien y la inclinación al mal, la bendición y la maldición, no son una dualidad que venga a dividirnos, son parte de un todo que está en constante cambio y equilibrio. 

La Voluntad Divina tiene dos partes: Una ilimitada (que no tenemos opción de alcanzar y comprender  y una limitada que es la voluntad manifestada o revelada  en este mundo desde la creación y la forma en que Dios nos ha revelado su existencia.

El bien y el mal es una percepción subjetiva de la realidad, a veces lo malo puede representar un obstáculo que nos lleve a progresar, o lo que percibimos como bueno realmente nos debilite. En la cabalá, el mal es una distorsión de lo bueno, la guematría (permutación) de (רַע/ra/malo)(עֵר/er/despierto,estimular), el mal te despierta, es una energía que en otro contexto puede ser buena, pero en ese contexto es mala.

Comer del árbol del bien y del mal, no fue una caída, fue una elevación del estado de conciencia.

Siempre que vas a decidir, la bendición y la maldición están frente a ti (o lo bueno y lo malo), el gran cabalista Abulafia dijo:  “Detrás de todo bien, hay mal; detrás de todo mal, hay bien”.

Habrá que ejercitar nuestros sentidos y conciencia, para mirar. La bendición y la maldición dependerá de lo que cada uno de nosotros apreciará de lo que tenga enfrente, desde nuestra imperfección humana.

Moshé en sus últimos días y sabiendo que no entraría a la tierra prometida aún haciendo todo para hacerlo (incluso rogar a Dios) decidió por la bendición y en su contexto, como líder decidió continuar por la bendición del pueblo.

Nuestras decisiones son humanamente limitadas, lo que “escuchamos” y “miramos” nos ayudan a no errar. El mal no es sinónimo de rebeldía y desobediencia, el mal tiene una función divina en esta realidad.

Estamos por concluir un año más (o un año menos), transitar por la vida no es fácil, cada día hay que ajustar el proyecto de vida, cada día que con inmensa misericordia y bondad nos es devuelta el alma, agradecemos al Eterno por la oportunidad de un nuevo inicio.

Aprendemos que la vida es un ciclo, que inicia cuando nacemos, crecemos/nos desarrollamos (física, psicológica y socialmente), nos reproducimos, envejecemos y morimos. Cada uno de estos procesos son potencialmente catastróficos, pero están sobre una línea que es la vida y decidimos aferrándonos a ella.

Se dice que no se está más cerca de la muerte, que cuando nacemos, el desarrollo físico por mucho tiempo ha sido el centro de nuestra atención, hasta hace unas décadas donde se ha volteado a “mirar” el desarrollo psico-social del individuo y la importancia en la estructuración de un ser por naturaleza social.

Hoy día, se habla mucho sobre la conciencia del “aquí y ahora”, sobre el despojarse del peso del pasado y la angustia del futuro (que no puedes controlar) y enfocarse en el presente, que es el campo de las decisiones y las acciones (maljut), es decir, tomar decisiones con lo que soy (pero que es perfeccionable), con lo que tengo (y tengo oportunidad de reestructurarme), “con lo que hay” sobre lo que están enfrente.

El Eterno es El Creador de todo, pero nosotros somos los constructores de nuestra realidad, nuestras decisiones y la forma de conducirnos moldearán nuestra vida, trasmutando nuestras experiencias, nuestra realidad.

Podemos detenernos a analizar que no ha pasado al final de un día o al final de un año, mirar aquello que consideré una maldición, visualizarlo de nuevo y buscar las bendiciones ocultas ¿Qué hemos aprendido? ¿Que cambios para bien nos ha dejado esta situación?…etc.

Decir que todo es para bien, no es un consuelo de tontos. Es la certeza que tenemos en quien se puso delante de nosotros y nos dijo ¡Anojí Adonay Eloheja!

Shabat Shalom.  

Verónica  Ahavá

Av 25, 5873/Agosto 12, 2023

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