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Parashá Vayakel

“Seis días se trabajará, más el día séptimo os será santo, día de reposo para el Eterno; cualquiera que en él hiciere trabajo alguno, morirá. ”. (Shemot 35:2 ).

Esta parashá comienza mencionando la mitzvá de guardar el día de Shabat y abstenerse de realizar cualquier trabajo a costa de la vida. Se debe laborar durante seis días, pero el séptimo es para descansar. Dice la Torá que inclusive Dios mismo descansó de su obra en ese día.

Primero que nada, vale la pena mencionar que es una mitzvá positiva, que lleva intrínseco el sentido ético de reconocer que todo trabajador es digno de un periodo descanso. Sin embargo, está tradición es tan antigua como las civilizaciones que desarrollaron el sistema para contar el tiempo y los días. Veamos el caso de los babilonios, quienes desarrollaron un sistema de medición en bloques de siete días. ¿Por qué razón eligieron ese número tan peculiar? En la revista digital “Historia de nuestra historia ” se menciona que siete era el número de astros visibles para esta civilización, los cuales pronto serían considerados deidades; y cada deidad tenía asignado un día de adoración.

No es difícil adivinar a cuáles astros les rendían culto; el punto es que podrían ser los babilonios los autores de la tradición de contar los días y tener un día de reposo, que en su caso era el día adoración a su máxima deidad.

Pienso que la razón de que los días de la semana hebreos no tengan un nombre propio, (como es el caso del calendario gregoriano), es principalmente porque no se desea aludir a ninguna deidad de las civilizaciones del pasado y que solamente el Shabat sea el día relacionado a las cuestiones religiosas. Y debemos reconocer que aunque el día de Shabat en sí mismo es un símbolo de identidad del pueblo judío, pudo tener un origen pagano.

Hoy por hoy, el día de Shabat es sinónimo de alegría, de júbilo y de reposo para Am Israel, ya que es el día que hemos elegido guardar y reunirnos en las sinagogas con nuestros amigos y autoridades religiosas; sin embargo no debemos encasillar a Dios sólo a ese único día. El Eterno está contigo todos los días de tu vida, y tú puedes inspirarte en él, el día que lo desees, aunque no sea Shabat.

Eyal Wong.

20 de Adar, 5779.

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