La Inquisición.
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Parashá Kóraj

PCóraj siendo levita, realizaba el servicio en el Templo Sagrado como auxiliar de los sacerdotes, pero él quería más, de hecho quería ser sacerdote.

Entonces un día reunió a Datán y a Abirám que eran sus vecinos y al final lograron reunir a 250 personas y todos eran líderes.

Se levantaron en contra de Moshé y Aharón diciéndoles que ellos querían todo el poder y que no lo querían compartir. También decían que todos eran Santos así que tenían el mismo derecho a tener ese poder.

Al haberse levantado contra Moshé implicaba ir en contra de la voluntad del Eterno, así que los castigó haciendo abrir la boca de la tierra devorando a estos a su interior.

Al día siguiente la congregación de Israel se levantó contra Moshé y Aharón culpándolos de haber provocado la muerte de estos 250 seres.

Entonces HaShem habló con Moshé y Aharón en el interior de la Tienda de Reunión y les dijo que se apartaran de la congregación pués iba a acabar con ellos.

Moshé y Aharón agacharon la cabeza haciendo oración para que perdonara esas acciones. Entonces Moshé indicó a Aharón que tomara incienso y expiara por la congregación que estaba siendo azotada por una plaga.

Aharón siguiendo las indicaciones de Moshé salió a expiar por la congregación entre vivos y muertos y entonces cesó la mortandad que había cobrado ya 14,700 vidas a parte de las primeras 250 por causa de Córaj.

Rashi explica que cuando Aharón salió del Templo a expiar por la congregación llevando el incienso, se encontró con el Ángel de la Muerte y le dijo que se detuviera ya que lo había enviado Moshé. El Ángel le contestó que él era enviado por HaShem.

Aharón le explicó que Moshé había recibido la instrucción por parte del Eterno y que en ese momento se encontraban hablando en el interior de la Tienda de Reunión, y así cesó la plaga.

El Rabi Aharón Shlezinger comenta que nunca es bueno iniciar una discusión, sobre todo si de antemano pensamos y hacemos consciencia de que esta no nos llevará a nada bueno.

Obviamente hablamos de discusión a manera de pelea, no a discernir en algún tema.

Hablamos de que debemos aceptar lo que nos ha tocado y no envidiar al prójimo y menos agredirlo porque a nosotros no se nos ha dado lo que a la otra persona sí.

Debemos luchar por conseguir lo que queremos pero en base a nuestro propio esfuerzo y no agrediendo a los demás o pasando por encima de ellos.

Esta Parashat nos invita a la auto observación pues en Córaj se trata el tema de las peleas, las divisiones y los conflictos.

Los sabios dicen que las discusiones por temas de D-s son las únicas que unifican y ponen como ejemplo las discusiones en el Talmud, en donde ninguno está de acuerdo con el otro, pero todos tienen un mismo fin común, encontrar la verdad.

Y en otros rubros se pueden dar muchos ejemplos de discusiones positivas que llevan a un final que beneficia a las partes.

Nos dice la Cabalá que para entablar una discusión entre dos sujetos, hay que partir desde el punto de buscar entender la razón del otro y de sustentarlo. Si ambos buscan probar que es el otro quien tiene la razón, ambos consiguen la reconciliación, es decir ambos se apartan de los extremos, y tratan de llegar a un punto medio. Cuando por el contrario permanecemos en los extremos, cuando los conflictos son motivados por la cólera, por el deseo ganar que a fin de cuentas esconde el deseo  de humillar a los otros, entonces provocamos gran caos y destrucción en distintos aspectos de nuestras vidas.

Cabalísticamente se habla de que Aharón estaba en el punto más alto de Jesed que es la sefirá de la donación  que pone de manifiesto el amor y el poder verdadero en sus más altos niveles espirituales, cualidades que eran muy significativas en Aharón y por otro lado Córaj que estaba en contra de él y lo caracterizaba la Gueburá que representa la severidad, el poder y la fuerza, pero que en él siendo mal llevada se volcó en crueldad y destrucción.

Ambas sefirot se encuentran en columnas opuestas (izquierda Gueburá y derecha Jésed) y es lo que nos pasa con frecuencia a nosotros, que teniendo ambas cualidades sufrimos de luchas internas que nos llevan a un desequilibrio.

Por eso es que si estamos en un lugar y comienza una discusión, debemos incitar al que discute de cambiar en donde la discusión se está yendo mal, para evitar que la cólera que se ha arraigado en ese lugar, influencie a los sujetos y que esto conlleve más tarde a la destrucción.

Cuando hay una pelea, la gente se exalta y comienza a decir cosas para herir al otro que en realidad ni siquiera piensa, por eso está escrito “la tierra abrió su boca”, lo cual nos explica el lashon hará (acto de hablar despectivamente de otra persona) que se genera en una pelea.

El terremoto que se tragó a Córaj representa esa línea que cruzamos muchas veces, que separa a una simple discusión de la violencia, la cual tiene finales nefastos que más tarde nos llenan de vergüenza. Por eso cuando hacemos algo imprudente  decimos “trágame tierra”, haciendo referencia a este episodio de Córaj.  De allí la importancia de mantener una energía armónica en nuestras casas y en los sitios en donde pasamos mucho tiempo.

Nosotros debemos trabajar en ello para conseguir el anhelado equilibrio que nos lleva a la sana convivencia y a no dejarnos influenciar por nuestros “vecinos”.

Nuestra humildad debe también tener este ingrediente capaz de aceptar y entender, cuándo optar por el silencio y cuando realmente podemos hablar con alguien conectando con la sabiduría. Tenemos que entender que al dar un consejo somos responsables de lo que el otro hace, pues lo estamos influenciando de alguna manera.

Dice el Zohar queel diezmo, la tzedaká o las ofrendas son energía de compasión y bendición. Nos explica que el odio entre Caín y Hevel  comenzó por la envidia que tuvo Caín contra su hermano. Por otro lado, el odio de Córaj hacía Moshé comenzó porque Moshé le reprochó que él se apoderó de ⅓ de la riqueza del Faraón antes de salir de Egipto, cosa que no le correspondía, pues él era un levita y quienes no servían como esclavos, al contrario, tenían todos los privilegios. Solo los esclavos por mandato divino tenían derecho a la riqueza de los egipcios. Esta pelea causó que Córaj reviviera ese odio ancestral de su reencarnación como Caín.

Así nos sucede a nosotros, a veces no somos conscientes de los resentimientos que tenemos y un día explotan. Lo que tenemos que saber es que el odio es una tapa que bloquea las sefirot, el odio es un estado contrario al amor. Y la luz que es la que nos trae la abundancia y felicidad solo tiene afinidad de forma con el amor, por lo tanto una persona con carencias emocionales o económicas esta resentido aun si no es consciente de ello.

En cualquier discusión o pelea que involucra a 2 personas uno está siempre asumiendo el lado de la izquierda y el otro el de la derecha. Entonces el dar la tzedaká, es una forma de mantener a la serpiente o el mal al margen, pues dice el Zohar que el resentimiento que es la acumulación de la ira, es la espada del Ángel de la Muerte. En otras palabras donar dinero sirve para apaciguar los conflictos, para liberarnos de odios internos y nos provee un escudo de protección contra la envidia de los otros.

Otro gran consejo por parte de los sabios para evitar la irá y conducirnos al equilibrio es el estudio de la Torá pues en ella se encuentran muchas fórmulas que nos ayudan a conducirnos correctamente y no son otra cosa que evitarnos el sufrir como consecuencia de nuestro mal comportamiento.

Todá rabá.

3 Tamuz 5779
Hayim ben Abraham beSaráh

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