Comunidad Brit Brajá
La parashá Shalch L’cha, se encuentra referenciada en los libros de Números 14:1-19; Números 14:1-30; Zecharia 8: 3-23
Esta parashá, ambientada en la inminente entrada de los hijos de Israel a la tierra prometida, nos muestra otro acontecimiento de vital importancia que habría de afectar profundamente el destino de los hijos de Israel, recién salidos de Egipto y nos dá oportunidad de analizar el ejemplo de lo que es Lashón hará. Además, se tratan otros temas como: Los distintos tipos de libaciones (agregados) de las ofrendas, cómo ofrecer un corbán, la instrucción de la separación de jalá, Los distintos tipos de ofrenda por ofensas y la orden de hacerse tzit tzit. En este caso, nos enfocaremos en la primera temática de la parashá: el informe de los doce espías y la situación que deriva del desarrollo de este evento.
En el capítulo 13 pasukim 1 y 2, El Eterno ordena a Moshé enviar 12 espías a la tierra prometida cada uno líder entre su pueblo; por lo tanto, entendemos de su autoridad e influencia sobre los suyos. Por otra parte en los pasukim 17 les ordena subir por el sur (Amalek, quien los atacó un año antes, apenas salieron de Egipto habitaba en el sur), En el 18 les ordena observar cómo es la tierra y la cantidad y fortaleza de sus habitantes, en el 19 por segunda vez les encomienda ver cómo es la tierra de buena o mala, además de observar si las ciudades son abiertas o fortificadas, en el 20 por tercera vez pide observen la tierra, si es fértil o estéril y si tiene árboles o no, encomendándoles tomar frutos de la tierra.
Es claro que, para Dios, el que los espías observen la tierra y sus bondades, supremamente importante y que Moshé además les encomienda recabar información táctica sobre los habitantes, número y fuerza, así como la vulnerabilidad de las ciudades, pues como a futuro se verá, El Eterno está con los israelitas, pero la labor de conquista a través de la guerra deben hacerla los hombres con el consejo de Dios y confiando en su apoyo. Por lo que, si bien, El Eterno ha prometido a los israelitas poner en su mano la tierra, parecería que la estrategia de enviar espías a comprobar la situación, no tenía razón de ser; más, del análisis de la situación, es posible deducir que, tanto Dios como el pueblo de Israel tienen sus propios motivos.
En primer lugar, consideremos que Dios, a través de los espías, da a los israelitas la oportunidad de ver con sus propios ojos la magnificencia de la tierra prometida, para dar mayor motivación a este pueblo, que aún guarda recelo sobre la conveniencia de tener que pelear, por habitar la tierra que Dios les da pues aún en su corazón conserva añoranza por su vida en Egipto; a pesar de la esclavitud, que ya les era tan familiar tras tanto tiempo de cautiverio.
Como segundo punto debemos considerar que Moshé desea dar al pueblo la oportunidad de conocer las condiciones que habrán de enfrentar para tomar como suya la tierra, (sabiendo que El Eterno está con ellos y su victoria es segura, pero a la vez deseando asegurar la estrategia a seguir, para asegurar el triunfo.
En su recorrido desde el sur los espías encuentran a los descendientes del gigante, y tienen oportunidad de cortar magníficos frutos de las primicias de la tierra de Eshkol. Tras cuarenta días que utilizaron para recorrer un territorio vuelven al desierto de Parán en Kadesh a rendir su informe, no ante sus jefes y guías; sino ante todo el pueblo, lo cual llama la atención, si consideramos lo delicado de la misión en la que habían sido enviados, y que el lógico siguiente paso era rendir cuentas ante Moshé quien los había enviado en encomienda.
Inician su informe, reportando que efectivamente, es un atierra que mana leche y miel y proceden a mostrar los portentosos frutos; “pero…” y es entonces que, hablan de lo fuerte que es el pueblo que habita la tierra de Canaan, de las murallas que hay en todas las ciudades y de la gran estatura de todos sus habitantes en comparación con ellos, y que finalmente, el primer pueblo que han de hallar al subir será Amalek el enemigo.
-Es muy importante en el caso de los espías, el considerar que son gente de gran influencia y autoridad para cada una de sus respectivas tribus, por lo que, su palabra tiene un gran peso y por ello su responsabilidad es mayor. Y es este el momento en que inicialmente hablan Lashón hará (hablar mal de algo o de alguien), anunciando con este “pero” su cambio de papel como observadores e informantes, por el de consejeros, sin haber sido consentidos para ello, así pues, la lashon hará es porque, su informe tiene la cualidad de desmoralizar a todo el pueblo.
En el pasuk 30 ante las grandes lamentaciones de todo el pueblo y sus reclamos a Moshé y Aarón, Caleb hijo de Iefune, de la tribu de Iehudá, los manda a callar, animándoles a subir a la tierra prometida con la confianza de que ellos podrán vencer al enemigo; pero los otros espías (excepto Ioshua hijo de Nun), refuerzan una vez más su versión de que los israelitas no podrán vencer al enemigo, (contrariando la promesa de Dios de poner en sus manos la tierra prometida), de esta manera nuevamente hablan lashon hará, pero esta vez contra la promesa de El Eterno. Proceden en seguida, a describir la tierra prometida, como “una tierra que consume a sus habitantes”, nuevamente hablando mal; ahora de la tierra que Dios les había prometido como maravillosa.
Hasta aquí, la narración relata la evidente intención de los diez espías, de disuadir al pueblo israelita, de emprender el camino para ocupar la tierra prometida, a pesar de la promesa de El Eterno de entregárselas. Ellos habían presenciado las plagas sufridas por los egipcios y cruzaron a pie el fondo del mar, para que después este se cerrara sobre el ejército de faraón ahogándolos, ellos habían estado en el momento en que Dios entregó las tablas de la ley a Moshé, y habían sobrevivido en comunión directa con Dios en pleno desierto, recibiendo diariamente el sustento necesario; entonces… ¿Fue miedo a morir en el campo de batalla al percibirse menores en poder y capacidad que el enemigo? ¿por qué la imperiosa necesidad de disuadir a los israelitas de atacar Canaán? ¿Fue falta de emuná a pesar de los milagros presenciados?
Más adelante el texto nos habla de “la queja de todos los hijos de Israel, en contra de Moshé y Aarón, alegando que preferirían haber muerto en Egipto o en el desierto y no por la espada, se preguntan ¿para qué Dios los llevó a esa tierra para morir por la espada? Y temen que sus mujeres y niños vayan a morir cautivos, ¡rematando con su permanente deseo de volver a Egipto ¡Y en seguida conspiran para poner un nuevo jefe precisamente, ¡para volver a Egipto!
Escuchando esto Moshé y Aarón, previendo el castigo que se avecinaba, cayeron sobre sus rostros, mientras que Ioshua y Caleb rasgaron sus vestiduras (recordemos que esto se hace en señal de duelo), y trataron de convencer al pueblo de lo buena que era la tierra que mana leche y miel, pidiendo además, que no se rebelaran contra El Eterno, (pues él había prometido protegerlos y poner en sus manos la tierra prometida) y no temieran pues él estaría con los israelitas y no con los cananeos. La respuesta de la asamblea fue pedir que les arrojaran piedras. El Eterno apareció en la tienda de reunión ante todos en la asamblea, mencionando su hartazgo del pueblo que le provocaba ¡y no creía en él a pesar de todas las señales realizadas entre ellos![i], proponiendo destruirlos. Ante esto Moshé pide a El Eterno por mantener limpio y sin profanar su santo nombre, por medio de hacer valer todas aquellas virtudes que le distinguen, lentitud para enojarse y rapidez para perdonar, apelando a su misericordia, paciencia y benevolencia, pidiendo además Moshé a Dios que no destruya al pueblo para que no se profane su nombre.
El Eterno, por su gloria acepta perdonar al pueblo de Israel; más decide no permitir a esa generación que no cree en su poder, entrar en la tierra prometida, excepto a Caleb que sí entrará y poseerá la tierra. Decreta además que ya no escuchará a la asamblea malvada (los diez espías), que provocó al pueblo en su contra y que toda la generación de aquellos que cuentan a partir de veinte años, morirá en el desierto, excepto Caleb y Ieoshua, además que los hijos por los cuales habían temido vagarían por el desierto cuarenta años, como los días que espiaron, cargando la culpa de sus padres, hasta que el último cadáver de estos cayese en el desierto.
Los espías que dieron mal informe murieron de una plaga, y el pueblo arrepentido intentó subir a Cnaan a tomar la tierra, contraviniendo las recomendaciones de Moshé, y fueron derrotados y aporreados por los cananeos y los amalekitas.
Mi aproximación a la interpretación de esta porción de la parashá:
Finalmente, en la oración individual de nuestro shiur, oramos: “Diso mío, guarda mi lengua de hacer daño y mis labios de decir mentiras.
Déjame ser silencioso si las personas me dicen malas palabras, que mi alma sea humilde y haga la paz con todos.
Abre mi corazón a tus enseñanzas y dame voluntad para practicarlas.
¡que los planes de aquellos que proyectan mi daño se reduzcan a nada!
Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de tí, Eterno roca mía y redentor mío.
Tomado del libro de Salmos 19:15
¡Gracias!
[i] Esta es la segunda ocasión en que El Eterno propone la destrucción total del pueblo de Israel, excepto Moshé, la primera fue cuando el becerro de oro.
Ben Aaron, P. (2015). HAblar bien vivir bien. Rosario: Oxígeno.
Ben Itzjak, D. (s.f.). La Torá.
Guralnick, M. (09 de 06 de 2020). Seminario rabínico. Obtenido de https://www.seminariorabinico.org/parashat-shelaj-leja-09-06/
Mahonora. (20 de 06 de 2019). Majon Ora. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=MudKwRMm72c
society, T. j. (1985). Tanakh. Philadelphia: The jewish publication society.
20 de Siván de 5780
12 de Junio de 2020
Asher Ben Abraham ve Sarah
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