¡Shabat shalom!

(Pato Branco/PR/Brasil – 04 Adar I – 5782 – 05/02/2022)

HAPTARA TERUMAH

(1 Reyes 5:26-6:11)

Uno de los significados de Teruma es una ofrenda, una donación edificante.

                                 Encontramos Parashá Terumá en el libro de Shemot/Éxodo 19:1 – 27:19. Comienza relatando que el Eterno manda al pueblo traer ofrendas para la construcción del Tabernáculo, da el diseño del Arca Santa/Aron Hacódesh, la Mesa/Shulchán, el Candelabro/Menorah, las Cortinas, las tablas, el velo, el Altar del Holocausto y el atrio, del Sagrario.

Como vemos, la Parashá Terumá es la primera de las cuatro Parashiot que proporcionan el diseño del Mishkán que se construyó en el desierto después de salir de Egipto. Antes de eso, el Eterno habló directamente a ‘algunos hombres’ que hicieron un pacto con Él, porque Él es Di-s de los Pactos. Es como el acto de un padre con su hijo: ya sea para enseñar, corregir, animar, proveer para sus necesidades, traer juicio/Gevurah y también ejercer Misericordia/Jessed. Finalmente, el Eterno quiere el bien del hombre, quiere amarlo. Sin embargo, el hombre como está escrito en Isaías 48:4 dice:

 “Porque sabía que eras duro, y que tu cuello tendón de hierro, y tu frente de bronce” y en el versículo 8b dice “Sabía que serías muy traicionero, y fuiste llamado transgresor desde el vientre” y todavía agrega: “¡Ah! Si hubieras guardado mis mandamientos, tu paz sería como un río, y tu justicia como las olas del mar” (v.18)

.

 Esto le pasa a todo el mundo, ya sean analfabetos o como el futurista, gran matemático Nikola Tesla que en 1898 inventó el ‘control remoto’ y creyó que las máquinas serían controladas por ellos. Genios o no, todos en algún momento nos alejamos del Eterno, ya sea consciente o inconscientemente. Nuestro pueblo vivió 400 años en Egipto y en el desierto construyeron el Mishkán y lo llevaron durante 40 años en este desierto. Así como después de 400 años el Rey Shelomo en Yerushalayim construye el primer Templo.

 El Tabernáculo se construyó con donaciones voluntarias y el Primer Templo se construyó con tributos de los trabajadores. En ambos, el dinero recaudado para la construcción fue a través de mucho sufrimiento, sangre. En respuesta al deseo del hombre, el Eterno quiere manifestarse ‘entre’ los hombres. ¡No en ellos, sino en ‘Am Israel’! y no de todos modos. Muchas veces, de todos modos, actuamos casualmente, con las Mitzvot. Decidimos cumplir una mitzvá sin estudiar, sin entender por qué existe. Simplemente lo hacemos porque lo sentimos en nuestro corazón y creemos que está bien. Incluso el primer paso es aceptable, sin embargo, para que la mitzvá se cumpla realmente, se necesita mucho más. Con la construcción del Tabernáculo aprendimos de nuestro ‘Avino Malkenu’, nuestro Padre y nuestro Rey, que todo debe hacerse de acuerdo a Su diseño, de lo contrario no es un Tabernáculo. No se puede entrar a Santos dos Santos sin pasar por el altar del Holocausto. No puedes hacer ‘en’ el Arca Sagrada, una flor que me guste o el color que prefiera. Si no seguimos las ordenanzas, no funcionará. Es como un rompecabezas que tiene piezas defectuosas. El Eterno no se manifestará. El Eterno es el Arquitecto Supremo y es exigente. Sin embargo, todo lo que hace está dirigido a restablecer la comunicación con su criatura, su pueblo amado: los aliados con su Creador. 

No importa si el Santuario es de tela o de piedras. Tiene que ser según la voluntad del Eterno. Es Su amor manifestado a nosotros porque todo tiene un propósito.

Cuentan nuestros sabios que los árboles con los que se hizo el Tabernáculo en el desierto eran árboles que nuestro patriarca Ya’akov pidió plantar a sus hijos cuando partieron para Egipto porque el Eterno le había dicho que serían esclavos y un día serían redimidos y construir un Santuario. . Ya’akov no esperó el futuro. Preparó el futuro para las generaciones futuras. ¿Que estamos haciendo? ¿Conocemos realmente los mandamientos, los estudiamos? ¿Qué tan importantes son para nosotros? Sé que el sufrimiento continuado a veces nos hace perder el foco y confundirnos pensando que el Eterno ‘no’ es nuestro Padre y que no nos escucha. Y, muchas veces, para salir de este estado de profundo dolor, inercia y vacío, no podemos hacerlo solos: necesitamos ver ‘milagros’ o sentir que el Eterno sigue siendo el mismo, a través de alguien, ya sea a través de una simple oración de una persona, que aunque sea desconocida, que se preocupe por nosotros. Como dijo el rabino Jacques Cukierkorn

 “Así como los dos querubines del arca están uno frente al otro, Di-s está entre dos personas que se relacionan cara a cara, completamente, sin usar una persona para la otra. Allí encuentra el rostro de Di-s”.

 ¿Tenemos idea de cuánto abuso hay en este mundo y en nuestra vida, en el matrimonio, en la relación entre padres e hijos, en el comercio, en nuestra relación con el Eterno? Cuánto dolor que simplemente no podría existir si tuviéramos verdadero temor y amor por el Eterno, por nosotros mismos y por el prójimo. Necesitamos destruir algunos tabernáculos hechos por otras personas, por ejemplo, para guardar rencores al punto de convertirse en raíces de amargura. Necesitamos aprender a creer en el Eterno cuando dice: “No busques venganza ni guardes rencor a uno de los tuyos, sino ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor” (Vaycra 19:18).

 Cuantas veces la gente se pone una vestidura de bondad, pero por dentro es mala, habla por su boca. Ciertas veces, cuando escucha a alguien decir cosas malas sobre una persona, llama a esa persona un ‘chismoso’, sin embargo, cuando la persona misma dice cosas malas sobre los demás, es porque es una persona verdadera y justa. Otras veces no tienen paciencia para escuchar lo que dice su pueblo, o si escuchan, escuchan armados de juicios que destruyen; no tiene tiempo para visitar a un enfermo o solo ayuda si recibe algo a cambio. Necesitamos ajustar nuestra conducta según el patrón del Eterno, todos necesitamos cambiar. Debemos entender que ‘del’ Eterno no escondemos nada. Nuestro primer Templo somos nosotros mismos. Rabí Akiva en Pirkê Avot (Ética de los padres) 3:15 dice:

“Todo está previsto, pero se ha concedido la libertad de elección; el mundo es juzgado con bondad, y todo está de acuerdo con la preponderancia de las (buenas) obras”.

                                            No debemos perder el enfoque y no dejarnos seducir por las excusas que masajean nuestro ego diciéndonos que hagamos cosas en las que nosotros mismos saldremos más perjudicados. En ocasiones, simplemente apagar el móvil y no tener la ‘TV’ encendida en el dormitorio horas antes de acostarse solucionará el problema del insomnio.

Además de nosotros mismos, nuestra familia es el lugar perfecto para que sepamos quiénes somos en lo más profundo de nuestra esencia. Allí podemos percibir si somos egoístas o generosos; si perdonamos o tiramos el dolor debajo de la alfombra ya la primera señal de problemas todo sale a la luz; si actuamos sabiamente o estamos enojados; si conocemos las diferencias racionales y emocionales entre hombres y mujeres.

Es allí donde somos amados, confrontados, corregidos y donde podemos desarrollar todo el potencial que tenemos para ejercitar: paciencia, carácter, sabiduría, discernimiento, buenas obras, etc. No importa la edad que tengamos, tenemos que terminar nuestro Sagrario, tenemos que dejar de esperar que alguien mejore nuestra vida. El Eterno está siempre dispuesto a ayudarnos en esta tarea. Con Su ayuda podemos tener vida. En el libro Rabbi’s Stories pág. 580 comentarios:

               “Al rabino Buanam se le habló de un hombre que vivía apartado del mundo. El rabino replicó: – Algunas personas se retiran a las selvas y parpadean entre los arbustos por si alguien los admira desde lejos”.

¡Qué necesitamos para comprender que el Eterno nos ama! Si no fuera por el altar de sacrificios, por las oraciones escritas en el libro ‘Selijot para el mes de Elul’ y demás…

¿Qué es la casa que estamos construyendo? nos pregunta el Eterno. ¿Andar en los míos o en tus caminos?

En la oración al acostarnos a dormir de noche decimos tres veces:

 “Rigzu – ¡Temblad y no pequéis: consultad vuestros corazones en vuestros lechos, y estad quietos!”

El Eterno lo confirma: ‘Y habitaré entre los hijos de Israel, y no desampararé a mi pueblo Israel’ (1 Reyes 6:13). Dependemos del Eterno para todo. El Eterno sabe en lo que nos hemos convertido, conoce los caminos que recorremos y la asimilación que tenemos que no nos pertenece. Por eso necesitamos el Mishkán, los Templos. Necesitamos cada utensilio, cada detalle, porque todo allí habla de la Redención de uno mismo, de un pueblo, del género humano. De hecho, el Eterno nos pide ofrendas voluntarias y otras veces ofrendas gravadas porque la ofrenda no es para Él sino para nuestra elevación para que seamos santos como Él es santo.

¡Shalom para Israel, Ucrania! ¡Que venga la Paz Mundial y la sanación para todos!

Shabat shalom,

¡Baruj HaShem!

(D’vorah- Anizia Ferreira)

Adar 4, 5782.
Febrero 5, 2022.

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