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Haftará Vayerá

Haftará Vayerá

2 reyes 4:1 – 4:37

El nombre de las lecturas de esta semana lleva implícito la esencia de las enseñanzas que a través de su lectura emanan, Dios presentándose o revelándose en formas muy diversas a personajes con ciertas características.

Nuestras lecturas están llenas de situaciones humanamente comunes, en donde la intervención Divina se manifiesta de diferentes maneras.

Querer estudiar a Aquel que no tiene fin, que existe y es creador de todo, que es el primero, uno y único e incorpóreo sería realmente pretensioso, sin embargo, la torá y nuestros sabios nos han dejado un sin número de historias, que podemos escudriñar con el objetivo de aprender las formas en que Dios se ha revelado a su pueblo.

¿Quién ha visto a Dios? ¿Moisés?, ¿los patriarcas?, ¿el pueblo de Israel? ¿los profetas?

Algunos en su trono alto y sublime (Isaías 6:1), rodeado de poder y gloria (salmo 63.2), algunos de pie junto al altar (Amós 9:1), algunos cara a cara (Génesis 32:30), etc., o Abraham avinu en nuestra lectura (Génesis 18:1) donde leemos “Y se presentó (reveló) El Eterno a Abraham en las llanuras de Mamré.

¡Nadie ha visto a Dios!, pues al mismo Moisés El Eterno le dijo en Génesis 33:20 “Tú no podrás ver mi rostro, pues ningún ser humano puede ver Mi rostro y seguir viviendo”

La Cabalá metafóricamente nos explica como la Divinidad (Atsilút) se revela haciendo descender su voluntad: creando (Beriyá), formando (Yetsirá)y haciendo (Asiyá) o ejecutando su deseo en este mundo.

Nuestras lecturas son muestra del flujo que sigue la bendición o el juicio, cómo se desarrolla una acción Divina hasta concretarse en este mundo. Desde la Divinidad desciende la luz del Eterno (Or Ein Sof), no una luz física, sino la Esencia Divina que ha querido revelarse a sí misma y lo hace pasando por diferentes vasijas

Una vez saliendo de la Unidad Divina, todo por donde pasa es vasija, de esta forma, aunque esto no se pueda distinguir en su esencia, se puedo distinguir en su manifestación al mundo.

Entonces llamamos Or a la Plenitud Infinita que se expande desde la Esencia del Creador, y ¿Quiénes son las vasijas? Todo aquello que sirve como instrumento, receptor o mediador para que la Voluntad Divina se concrete. La vasija crea ese espacio o vacío desde el deseo de ser llenada de la plenitud y no desde la carencia.

En nuestra lectura identificamos algunas vasijas:

Los ángeles (que según el Midrash eran Mijael, Gabriel y Rafael) que fueron percibidos por Abraham como hombres y que en La Torá incluso se lee con el tetragramatón al referirse a uno de ellos

Génesis 19:24 Y el Eterno hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego, de parte del Eterno, desde los cielos.

Por un lado, eran portadores de bendición para Abraham y Sarah, pues anunciaron el nacimiento de su hijo y por otro lado iban a ejecutar un juicio contra Sodoma y Gomorra.

Abraham prototipo de bondad, expresada abriendo su tienda a los viajeros para proveer de agua y alimento, llevándolos a agradecer a Dios y reconocer que de Él viene toda dádiva y que se atrevió a ponerse frente a un decreto que estaba por ejecutarse, intercediendo por Sodoma y Gomorra.

Lot que hospedó a los dos ángeles, resguardándoles en su casa, pues aprendió de sut tío Abraham.

Los ángeles (Gabriel y Rafael) que llevan juicio a Sodoma y Gomorra.

El profeta Eliseo sucesor del profeta Elías, servidor y temeroso de Dios, que nos deja claro que la función del profeta no es únicamente conocer acontecimientos futuros, sino ser la voz de Dios que, a través de la exhortación o actos de bondad, lleven al individuo y/o sociedad a dirigir sus pasos en justicia, amor y rectitud como vemos en las siguientes historias de esta Haftará.

Por un lado, la viuda de un discípulo de los profetas, quien temía porque sus hijos fueran esclavizados al no poder pagar sus deudas, que deja manifiesto el comportamiento social corrompido que permitía al prestamista hacer semejante amenaza, aparentemente sin que nadie interviniera para detener esta injusticia. A vista del profeta este entorno social corrupto representaba un riesgo incluso para todo reino y hace un reclamo de apoyo a las personas necesitadas, exhibiendo que incluso Dios está dispuesto a modificar las leyes de la naturaleza, si la sociedad no toma su responsabilidad y se hace cargo.

Al respecto hay dos opiniones en el Talmud (tratado de Shabat 53) Sobre si un hombre es grande o pequeño que para necesidades económicas o de salud es necesario modificar las leyes de la naturaleza. Considero que el profeta deja claro que el “milagro ( נֵס ) es justo con el propósito de dar dirección como esa vela en los barcos que han perdido su rumbo. De ahí que la perspectiva de cada individuo lo lleve a desear ser favorecido con un milagro.

La segunda historia narra sobre el profeta Eliseo regresando a la vida al hijo que tuvo la mujer Shunamita después de una bendición dada por el profeta, en agradecimiento a la hospitalidad que de ella recibía.

Elías primero envía a su ayudante Guejazí con su bastón, sin tener éxito, por lo que va a su casa y realiza algunas acciones sobre el niño, hasta que su cuerpo entró en calor y es regresado a la madre con vida.

Como podemos ver, el origen de todo es UNO, El Eterno, el camino que recorre la Voluntad Divina para llegar a este mundo pasa por vasijas que deben saber perfectamente su función y estar en ese trabajo constante de vaciarse y/o ampliar su capacidad para ser llenadas. (enseñanza que también podemos concluir en el milagro a la viuda)

Una característica esencial de una vasija es la transparencia, la vasija se anula ante la Voluntad Divina, de tal forma que incluso toma el nombre de la Divinidad, como lo vemos con Moisés, los ángeles, el templo, etc. No íbamos a Moisés, íbamos a Dios, no sacrificábamos ante el templo, sino ante Dios…pero ni uno, ni el otro era, ni serán Dios.

Es como un flujo que desciende por un tubo, donde las vasijas van teniendo un papel importante, En la lectura que nos ocupa podemos ver características en los personajes que se repiten y/o resaltan.

Definitivamente Abraham es un prototipo de vasija, que independientemente a la bondad y a la hospitalidad que lo caracterizaban, se resalta en el texto la “prisa” o “urgencia por realizarlo”, pues repetidamente leemos: corrió a su encuentro, fue rápido a la tienda de Sarah, se apresuró en prepararlo. Por otro lado, Lot y la mujer que aloja a Eliseo compartían acciones de Abraham, y Eliseo por su parte dio continuidad a Elías, evidenciando la situación social y llevando al pueblo a la Teshuvá.

Con todos estos conceptos espirituales que vemos en nuestra lectura y dejando todo pensamiento mitológico, podría concluir que Desde la Creación hasta la ciencia sofisticada de la física cuántica Dios se ha revelado y cada texto de nuestras lecturas nos dejan de manifiesto Su Esencia y Voluntad. Dios es el mismo, Él no cambia, continúa revelándose. Muchas vasijas han transitado por este mundo, al grado de llevarlo a ser el lo que hoy es, física, espiritual, social y tecnológicamente. Hoy día grandes “milagros” son conceptos limitados y/o comunes a nuestros ojos humanos, pero en algún momento fueron actos extra ordinarios (como lo que hace Eliseo al niño: boca a boca, presión sobre el cuerpo, hacer entrar en calor…hoy podría decir una forma precaria de RCP). Nada de esto es un milagro para Dios, sino sólo su voluntad manifiesta.

Si esto es así, entonces el trabajo es nuestro, ser esa vasija que desde el deseo de cumplir la Voluntad Divina se expanda para ser llenada y poder verterse. Un principio que resume nuestra Torá, es “hacer por otro lo que harías por ti mismo”, a veces somos el objetivo de bendición y/o juicio y quisiéramos que las vasijas intermediarias dieran todo a nuestro favor, así estemos para los demás.

La razón humana nunca ha sido limitante para Dios, desafortunadamente muchas vasijas dejan la transparencia y le ponen su nombre a lo que Dios ha hecho descender y entonces nuestra limitada conciencia se maravilla por los grandes descubrimientos, teorías que “N” persona ha hecho. Como cita el rabino Ezriel Tauber en su libro Y nada me faltará “Cuando Él trabaja por medio de circuitos y de chips de la computadora, parece que todo funciona por sí sólo”.

¿Acaso hay algo que esté por encima de El Eterno?

Los límites son nuestros no de Dios.

Por otro lado, en ningún caso Dios ha bajado, ni bajará a hacer lo que a nosotros nos corresponde, los personajes de la Torá, Abraham, Sarah, Lot, Eliseo, las mujeres, etc. son humanos igual que nosotros, que han errado en su camino, pero que decidieron esforzarse por permanecer en la paz, la bondad y la bendición, la vida, la gracia, la generosidad, la justicia, la piedad, pues esto es lo que concede la luz de su presencia, como declaramos en la Amidá.

Cada uno sabe cómo está nuestra vasija y el trabajo que nos toca hacer.

Sea esta lectura sólo un exhorto para estar listos cuando se requiera ser ese intermediario de la Voluntad Divina y este mundo, que tan necesitado está del Eterno. No se necesita ser el gran profeta para hacer actos que revelen El Dios que conocemos, pues estos pequeños a grandes actos, pueden representar un gran milagro para alguien.

¡Hagamos que suceda!

Shabat Shalom.

Verónica Ahavá

Jeshvan 18, 5783

Noviembre 12, 2022

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