Parashá Shoftim
septiembre 7, 2019
Parashá Nitzavim
septiembre 29, 2019
Muestra todo

Parashá Ki Tetzé

“Cuando salieres a la guerra contra tus enemigos, los entregaré el Eterno Dios tuyo, en tu mano, y llevares de ellos cautivos”

En esta parte de la Parashat HaShem nos dice que cuando tengamos que salir a la guerra contra el enemigo, Él estará allí y nos lo entregará en nuestra mano para que nosotros le hagamos cautivo.

Pero ¿de qué enemigo hablamos?

No estamos hablando de algo físico, de un enemigo humano. Es una mala inclinación que como todo, también fue creada por HaShem y que por ella misma tiene el poder de convencernos de hacer lo contrario a la voluntad divina.

Es una fuerza espiritual obra del Creador, que nos da Él mismo para que tengamos una prueba y que podamos elegir entre el bien y el mal, aplicando al final de cuentas nuestro libre albedrío, el cual también nos fue otorgado por Él a diferencia de los demás seres del planeta.

Debemos considerar que si estas inclinaciones hacia el mal no existieran, sería muy fácil nuestra vida ya que no nos veríamos en la situación de tener que elegir, pues haríamos siempre lo bueno y nuestro libre albedrío no tendría razón de ser y nos veríamos como seres sin criterio o como animales, los cuales solo poseen nefesh, o alma que les da la vida.

Por otra parte al decir HaShem “te entregaré en tu mano al enemigo”, es para que cuando nosotros hayamos decidido acercarnos a Él y hacer el bien y luchar en contra de la mala inclinación, cuando hemos decidido luchar en contra de esa fuerza espiritual que nos fuerza a ir en contra de la voluntad divina, es cuando hemos cautivado al enemigo.

Resumiendo, cuando nosotros hemos decidido inclinarnos por acatar la voluntad del Creador, Él nos va a dar la fuerza para vencer esa fuerza espiritual que nos incita al mal.

Se trata de una herramienta que HaShem posee para acercarnos a Él, porque al final del día cuando nosotros optamos por el mal camino, acabamos pagando nuestras malas acciones y esto no es porque Dios nos castigue, sino que estamos yendo en contra de una ley universal que no falla.

Todo este concepto nos ayuda también a ser firmes en nuestra voluntad, pues cuando nos proponemos algo y tenemos la firme convicción de hacerlo, no importa el obstáculo por difícil que sea ya que seremos capaces de vencerlo, pues cuando el Creador ve que estamos a favor de su voluntad, Él nos dará la fuerza que necesitamos para lograr nuestro cometido.

Ahora analizaremos la parte donde nos dice HaShem: “… y llevares de ellos cautivos”.

En el andar de nuestras vidas cuando aún no hemos reconocido que tenemos Daat o conocimiento espiritual y no hemos aterrizado que existe un Ser Supremo Creador de todo, no estamos conscientes de que muchas de nuestras acciones nos han conducido a hacer trasgresiones y hemos andado por caminos erróneos.

De pronto nos llega alguna chispa que nos hace reconocer que hay un Creador y que estamos andando por el camino equivocado, entonces abrimos los ojos y nos percatamos de que hemos estado bajo la influencia de esa fuerza espiritual negativa.

Ahora bien, esa energía espiritual negativa estuvo extrayendo chispas de espiritualidad positiva, nos estuvo quitando en partes nuestra espiritualidad positiva que también forma parte de nuestra energía de vida y por eso es que la gente que anda derrochando su energía positiva se siente desganada y sin ánimo y a veces cae en vicios, en drogas, ya que esto les hace suplir esta falta de vitalidad.

En el momento en que decidimos acercarnos al Creador e inclinarnos hacia el bien, Él nos promete ayudarnos y entonces tenemos el valor de emprender esa guerra contra esa energía negativa y acogemos la capacidad de tener a los cautivos, los cuales son las chispas de divinidad y de energía positiva que la mala inclinación nos había quitado tiempo atrás y que se puede interpretar como la alegría, el ánimo y las ganas de vivir que habíamos perdido.

Los sabios dicen que el que se purifica, el que decide andar por el buen camino, desde los cielos les llega la ayuda para ir por el camino del bien.

Otra parte muy importante de esta Parashat es la mención de la enfermedad tsaráat.

Actualmente la tsaráat se  interpreta como lepra, como una enfermedad de la piél.

La palabra tsaráat proviene de la palabra motsirá que quiere decir: el que expresa, así que el que se enferma de tsaráat es porque expresó el mal con la palabra.

El que habla mal de los demás enferma su alma.

El Zóhar Ha Kadosh nos dice: Cuando el hombre toma caminos torcidos y sus labios y su lengua empiezan a hablar malas palabras, la shejiná lo abandona  (La shejiná es la presencia divina) y su alma sagrada lo deja.

Así que la tsaráat ahora se conoce como una muerte espiritual.

De lo anterior se deduce que es sumamente importante cuidar lo que diga nuestra lengua, ya que podemos hacer mucho daño y sobre todo a nosotros mismos y con mucho.

Por lo tanto podemos llegar muy alto inclinándonos hacia el bien y sobre todo cuidando nuestra boca.

Así que lo mejor en esta vida es no hablar de los demás y trabajar en nosotros mismos.

Baruj HaShem.

14 Elul 5779
Jaim

[La imagen puede estar sujeta a derechos de autor]