Parashá Tzav. El fuego Sagrado.
March 27, 2019KASHRUT, UNA GUÍA PARA LA VIDA JUDÍA
March 30, 2019
La tercera sección del libro Vayikrá comienza con la descripción del octavo (sheminí, en hebreo) y último día de los ritos de inauguración. Acto seguido, describe los animales que son permitidos para el consumo alimenticio judío.
La Parashat de esta semana viene en dos grandes partes con enseñanzas muy interesantes, ya que se nos presentan de una forma tan específica en la época y tiempo en que fueron entregadas, que parecería que se encuentran obsoletas el día de hoy. Sin embargo, un detenido estudio de ambas partes nos permite descubrir su pertinencia en la vida del judío del siglo XXI.
Inicia la Parashá narrando la dedicación del Tabernáculo, al octavo día de sus preparativos, dejando Moshé a Aarón, en su papel de sumo sacerdote, dirigir los sacrificios y bendiciones siendo ellas aceptadas por El Eterno, sin embargo, al querer sus hijos de manera unilateral ofrecer un sacrificio, ellos fueron muertos en un aparente arrebato de cólera irracional por su parte.
Sin embargo, una reflexión más profunda del momento y del hecho, nos indica que tanto Moshé como Aarón, que siguieron de manera precisa las instrucciones de El Eterno, fueron “premiados” con la aceptación de su sacrificio, y los hijos de Aarón, en un movimiento impulsivo fueron castigados, ya que ese movimiento no estaba motivado por una obediencia al mandato de Dios, sino a un impulso egoísta de ir más allá de lo indicado.
Las reglas y leyes otorgadas por El Eterno, tienen un propósito específico, y ese propósito es parte integral de la naturaleza del judaísmo. Este escenario se integra a la segunda parte de la Parashá, donde se enlistan las leyes del kashrut sobre alimentos y pureza. Su seguimiento tiene como propósito dual tanto reforzar nuestro libre albeldrío y al mismo tiempo reforzar nuestra voluntad al aceptar esas diferencias como parte de nuestro papel como pueblo santo y guía de las naciones.
Tanto los mandamientos como las leyes de kashrut, deben de ser vistas como la forma en la que Dios nos ayuda a refrenar nuestras pasiones y nos previenen de acercarnos al pecado, sin embargo, deja en nuestras manos la manera de controlar nuestro lado negativo por medio del ejercicio de auto-control que estas leyes nos permiten realizar.
Más que seguir unas reglas que aparentemente no tienen sentido en nuestra época, o la de querer catalogarlas como una guía sanitaria para la época en que el pueblo judío se encontraba errante, ellas definen la necesidad de establecer una distinción moral entre un comportamiento sano y aceptable y el que no lo es. Cuando la distinción entre ambos es evidente, su seguimiento es relativamente sencillo, pero existen ocasiones en las que esa distinción es borrosa y solo la reflexión, estudio y crítica nos ayudan a entender y encontrar esos límites en una época como la actual. Los retos del judaísmo moderno van más allá de tan solo no consumir carne de cerdo, y se anclan en las nuevas realidades de nuestros tiempos y las obligaciones que nuestra condición nos impone.
Shalom
Jesús Gaytán Polanco.
23 de Adar Sheni 5779.
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