HAFTARÁ ZEJARIÁ

En la celebración de Januká durante los 8 días, se recuerda la victoria militar de los Macabeos sobre los sléucidas en el año 165 AEC y también la supervivencia cultural del pueblo judíofrente a la forzosa helenización que pretendía el personaje de Antíoco IV Epifanis. 

En la contienda una minoría judía lucha por conservar sus tradiciones y costumbres, su lengua y su cultura, derrotando al opresor que pretende exterminar cualquier rasgo de diferencia y de particularidad.

De la misma manera que en aquella ocasión como en tantas otras a lo largo de nuestra historia, el pueblo judío dentro del mundo es una minoría que libra una batalla constante por conservar su cultura y tradiciones, conservando así una lucha y batallas constantes.

La Haftará Mikets, la cual toca el tema de las 2 mujeres luchando por el hijo vivo ante el Rey Salomón, no se lee cuando la semana correspondiente cae dentro de la semana en que se celebra Januká. En vez de la cual toca el turno a la lectura del libro de Zejariá (Talmud de Babilonia, Meguilá 31A) del versículo 2:14 al versículo 4:7

Es de hacer notar que esta semana de conmemoración de una victoria militar, se deba leer una haftará con un mensaje antibélico.

En el versículo 4:6 Dios dice: “Lo bejayil ve lo bejóac ki im berují” que quiere decir: “No a través del ejército o no a través de la fuerza, sino a través del Espíritu”

La palabra “rúaj” que se traduce como espíritu, contiene intrínsecamente una letra váv, que es símbolo de la relación y del encuentro.

Es la partícula que conecta y actúa como la conjunción “y” que une y comunica.

Acerca de cómo solucionar conflictos, el profeta Zejariá responde de la siguiente manera:

“Busca una letra váv y ejercita tu capacidad de dialogar, para conectar a través del lenguaje, de las emociones, del amor, de la reflexión compartida acorde a todo ser humano, ya que este ha sido creado a imagen de Dios y conforme todo está conectado, pues todo forma parte de lo Uno-único y está en lo Úno-único.

Este es el mismo proceso creador del Universo, que nos inspira a buscar la justicia, la paz y la rectitud y nos enfrenta a un mundo fracturado, empujándonos a repararlo y re-unirlo.

En el capítulo 2 del libro de Zejariá, el profeta escribe que Dios afirma que los habitantes de Yerushalaim deberán alegrarse ya que viene a vivir entre ellos y que tomará nuevamente a Judá como su posesión y proclamará a Yerushalaim como su ciudad elegida.

En el capítulo 3 habla de una visión que Dios le muestra de Josué en presencia del Angel del Todopoderoso, el cual le dice: “Anda por mis caminos y cumple todos los deberes que te he encomendado. Si lo haces así quedarás encargado de mi Templo, cuidarás de él y de sus atrios y yo te daré un puesto entre los Ángeles que están a mi servicio”

En el capítulo 4 a Zejariá le habla el Ángel y lo despierta preguntándole lo que ve. Él le dice: “Veo un candelabro de oro con un depósito de aceite encima” y le pregunta al Ángel el significado de eso y él le contesta: “Este es el mensaje de Dios para Zorobabel: No depende del ejército, ni de la fuerza, sino de mi Espíritu” Dice el Todopoderoso.

Así que como hemos visto en estos versículos, los mensajes de Zejariá en su escrito son de paz y de esperanza y nos sugiere que no es preciso recurrir a la batalla o a la guerra para resolver algún conflicto. Antes debemos analizar bien la situación y recurrir al diálogo y a la comprensión, después de todo en la mayoría de los casos triunfará la paz y el entendimiento.

Dios les bendiga y les guarde.

Jaim  ben Abraham veSará

Kislev 30, 5782.
Diciembre 4, 2021

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