25 de Tammuz 5783

Haftará Irmeyahu 1:1 -2:3, 2:4-28, 3:4, 

La Haftará de hoy corresponde a las parashot Matot-Masei la segunda Haftará de las tres de aflicción antes de Tisha vAv en las cuales no hay similitud en la Parashá, estas Haftarot son un recordatorio de los pecados cometidos por el pueblo de Israel los cuales lo llevaron casi a su destrucción y a la diáspora en la que hoy nos encontramos-

En esta Haftará leemos lo siguiente:

Palabras de Jeremías ben Hilcías, uno de los sacerdotes que habitaban en Anatot, en tierra de Benjamín,  el cual recibió palabra de Dios en los días de Josías ben Amón, rey de Judá, en el año decimotercero de su reinado,  y también en los días de Joacim ben Josías, rey de Judá, hasta el fin del año decimoprimero de Sedequías, hijo de Josías, rey de Judá, es decir, hasta la deportación de Jerusalem en el mes quinto. Vino a mí palabra de Dios, diciendo: Antes que te formara en el vientre te conocí, y antes que salieras de la matriz te consagré, te di por profeta a las naciones. Entonces dije: ¡Ah, Adonay Dios He aquí, no sé hablar, porque soy joven. Pero me dijo Dios: No digas: Soy joven. Adondequiera que te envíe, irás, y todo lo que te mande, dirás. No temas delante de ellos, porque Yo estoy contigo para librarte, dice Dios.  Luego Dios extendió su mano, y tocó mi boca, y me dijo Dios: He aquí, pongo mis palabras en tu boca.  Mira, en este día te pongo sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para desolar y para derribar, para edificar y para plantar. Y vino a mí palabra de Dios

Oíd la palabra del Señor, oh casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel.

Así dice el Señor: ¿Qué mal hallaron en mí vuestros antepasados, que se apartaron de mí, y fueron tras la vanidad, y ellos mismos se hicieron vanos?

Y no dijeron: “¿Dónde está el Señor, que nos hizo subir de la tierra de Egipto, que nos condujo por el desierto, a una tierra de llanuras y desniveles, a una tierra desolada y oscura, a una tierra donde ningún hombre había pasado y donde ningún hombre había habitado

Y os traje a una tierra forestal para que comieseis de su producto y de su bondad, y vinisteis y contaminasteis mi tierra, e hicisteis de mi heredad una abominación.

En esta Haftará Jeremías reprende al pueblo y muestra los pecados cometidos y la falta de lealtad al Eterno por lo que compara a cada uno como una cisterna rota que no es posible contener el agua de la fuente inagotable del conocimiento que provee Dios, los describe como un pueblo salvaje y sin límites.

La Doctora Sarah Strassberg enseña que la desobediencia del pueblo se debe a que su travesía aún no terminaba y aún no termina.

Jeremias el profeta de Joaquim trataba de advertir a Israel sobre la devastación que venía en camino, antes de la destrucción del primer templo y asesinato del rey Joaquim.

 Reflexionando e las palaras de Sarah Strassberg ¿por qué aún no termina la travesía del pueblo de judío? A veces nos fijamos en la apariencia de las cosas y personas y esto nos desvía del camino que según queremos seguir con la promesa de jamás apartarnos de nuestro objetivo.

¿Hoy en día es difícil ser leales? ¿Cuánto vale tu lealtad? Durante el camino recorrido cada día es más difícil ser leales a lo que decimos creer o seguir, cuando alguien nos presenta algo más atractivo de lo que tenemos de inmediato vemos como inferior lo que tanto trabajo me costó construir y obtener.

O también a veces corremos a presumir por lo que ni siquiera trabajamos, cuando algo ya está construido es muy fácil querer tomar las riendas de lo que jamás hemos levantado ni un poco de polvo.

Si comparamos esta haftará con el presente pues hemos sido desleales a nosotros por nuestros nuevos dioses, las apariencias, la urgencia de demostrar nuestra perfecta vida en redes sociales y otra veces cuando no tenemos el valor de expresar mi descontento con lo que no estoy de acuerdo, utilizo estas herramientas para destruir lo que yo creo me ataca.

Cuando toca advertir sobre el camino peligroso en donde se está entrado nos sentimos atacados y nos victimizamos cuando esto tiene una consecuencia, regularmente como escuchaba en una entrevista a una cantante las víctimas no espera apoyo esperan retribución no importa si sus actos son bajos y destructivos.

Caminemos con ética y lealtad, construyamos, creamos en nosotros para poder tener fe en todo lo demás, los judíos estamos dispersos sin embargo hemos construido y continuamos existiendo, la fórmula de nuestro pueblo es jamás ser víctimas y hacernos responsables de nuestros errores creando de ese error una columna que nos sostendrá y hará recordar donde no volver a caer.

Ser Judío es nunca borrar tus cicatrices es aprender de cada una y tener lealtad a donde pertenecemos, debemos evitar destruir nuestro templo, hagamos caso a Jeremias y no construyamos cisternas sin la capacidad de retener el agua del conocimiento y el respeto por nuestros maestros.

Shabat Shalom 

Shlomit bat-Abraham VeSarah

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