HAFTARA DEVARIM (Yeshayahu 1: 1 a 27 )
El Eterno habla al pueblo por la voz de Isaías, un fuerte reclamo por haberse desviado de sus ordenanzas, de lo que El les enseño.
Establece como testigos al cielo y la tierra:
“Oíd cielos y escucha tú, tierra, porque habla El Eterno, crie hijos y los engrandecí y ellos se rebelaron contra mi” (Isaías 1: 2 )
Dios desdeña, y le son ya molestos los rituales, incluyendo el shabat, pues se han convertido en convencionalismos sin una verdadera intensión, huecos, carentes de un sustento en actos de bondad.
“No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación, luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo ya sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes.” (Isaías 1: 13)
Fuertes palabras que Dios dice al pueblo, les expresa su hastío debido a la vacuidad de lo que le ofrecen. A pesar de estas palabras, el Eterno confía en el regreso de su pueblo a la justicia, a los actos de compasión, esto es lo fundamental, lo que nuestro mundo más necesita. La rectitud en el actuar es lo que verdaderamente redimirá al pueblo y al mundo, lo que hará que todos nos acerquemos al Creador.
“aprended a hacer el bien, buscad la justicia, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda” (Isaías 1:17 )
Una vez más El Eterno reitera, por voz de un profeta, lo más preciado: los actos de bondad que den el esencial respaldo a nuestra vida, que vuelva agradables a El nuestros ritos y tradiciones, los actos de justicia como base de nuestra vida dentro de la comunidad y fuera de ella, cumpliendo con nuestro deber como judíos, como seres humanos.
La Haftará Devarim nos desafía a reflexionar sobre nuestra responsabilidad individual en la construcción de un mundo mejor, examinar nuestras acciones y ser conscientes de como afectamos a nuestros semejantes con ellas, ser fieles a la ideología del movimiento al cual pertenecemos. Con un comportamiento ético, de justicia social desinteresada cuidando de los más vulnerables.
Deseo hacer un comentario adicional. Quienes tenemos el privilegio de expresar un comentario a las haftarot, cada semana, hemos reiterado con frecuencia la importancia fundamental de dar ese respaldo ético a la practica de nuestros ritos y tradiciones, En esta lectura se insiste nuevamente en lo vital que es nuestro buen comportamiento.
Quienes buscamos aportar algo útil en nuestros comentarios deseamos siempre ser coherentes con los ideales de liberalidad dentro del judaísmo. Trabajamos en extraer la enseñanza dentro de cada lectura que nos es asignada. Para esto somos conscientes del contexto bajo el cual fueron escritos los relatos bíblicos para no interpretar de manera puramente literal su contenido.
Y menciono esto porque con mucha frecuencia y a lo largo de los siglos, dentro de estas interpretaciones literales de los escritos, uno de las consecuencias es normalización la violencia proveniente de la las escrituras, en la lectura de esta haftara también hay amenazas si no se obedece. Se han justificado las acciones derivadas de dicha violencia por que fueron adjudicadas a Dios.
Si analizamos la época en que fue escrita la biblia, nos encontramos que el personaje quien ostentaba el poder absoluto es la del monarca. Las características de estos son la de un ser: Narcisista, autoritario, autócrata, vengativo, cruel, con una fuerte necesidad de veneración o adoración. Todo esto les era y es necesario para tener así la seguridad de que su poder se mantenga intacto. Es lógico entender que esta imagen fuera el modelo para dar un carácter de Dios.
El Eterno, Quien creo los cielos y la tierra, NO necesita comportarse como dichos monarcas.
Rabí John Rayner, rabino liberal británico quien logró escapar del exterminio nazi, gracias a un programa de rescate de niños auspiciado por Inglaterra, mencionó alguna vez:
“Para la ortodoxia judía, es una blasfemia afirmar que el texto bíblico NO es la palabra exacta de Dios. Para el judaísmo liberal es igualmente una blasfemia atribuir a un Dios bueno y compasivo palabras tan violentas, expresiones de un carácter humano vengativo.”
La descripción bíblica literal de Dios ha sido utilizada (desde que se escribió la biblia) para crear miedo y obtener sumisión, por sacerdotes, reyes, lideres religiosos y cualquier tipo de gobernante.
Se acuño el término “temor de Dios”. A dios no debemos temerle, porque es completamente ilógico que El Todo Poderoso tenga miedo y no necesita nuestro temor.
Cuando Dios inició la creación, se relata que se movía sobre el abismo Su presencia, se movia realmente mas como un suave viento delicado (1 Reyes 19: 12) que como una ola de violencia y venganza.
Por esta razón El Eterno tampoco necesita amenazarnos para actuar de manera bondadosa pues esto debe surgir desde el corazón de cada persona, así mismo, no necesita recompensarnos por hacer el bien pues la justicia con la cual nos comportemos siempre será para nuestro propio beneficio.
Kaakov ben-Avraham veSaráh
SHABAT SHALOM A TODOS!!
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