Parashá Bereshit
October 28, 2019Parashá Lej Lejá
November 9, 2019En Talmud (Sanedrín 57a) dice: “El mundo estaba inmerso en los celos, la avaricia, el robo, la violencia, la mentira, la intolerancia, el engaño y el fraude”.
Rashi e Ibn Ezra decían que las personas se explotaban sexualmente entre sí y que ésta era la peor transgresión.
El Midrash dice que HaShem quería que Nóaj llevara a cabo un proyecto extraño e inusual para despertar así la curiosidad en el pueblo.
Al construir el Arca en la cima de una montaña y no a la orilla del mar la gente preguntaría sobre esa locura, así Nóaj podría iniciar un debate acerca de la crisis en que se hallaba la humanidad en esa época y de cómo podría evitarse la catástrofe si la gente cambiara su forma de actuar.
Al final la gente no cambió y Nóaj en lugar de influir a los demás, vio al Arca como su propia supervivencia y la de su familia y la oportunidad de aislarse a sí mismo de los malos de la sociedad.
En cierta forma es bueno protegernos a nosotros mismos y a nuestras familias.
Maimónides advierte sobre el peligro de vivir en un lugar donde la sociedad no comparte nuestros valores, así cuando hay corrupción los buenos son barridos junto con los malos, de lo cual debemos cuidarnos.
En sentido espiritual podemos decir que un hogar debe ser un refugio seguro, para rejuvenecernos y limpiarnos a nosotros mismos.
Por otra parte el Arca no debe ser completamente aislada ya que también tenemos que salir y tratar de marcar una diferencia en el mundo.
Podemos comparar esto pensando en que una persona adinerada necesita calentarse en el invierno y lo hará con los atuendos que quiera y así calentarse a sí mismo. Pero si éste lo hace encendiendo fuego donde hay otras personas cerca, logrará el mismo objetivo, pero en el segundo caso él se estaría preocupando por los demás.
De alguna manera Nóaj cometió el error de creer que podía encerrarse a sí mismo en el interior del Arca y escapar de todo.
Una vez terminado el Diluvio, Nóaj salió del Arca y vio la devastación del mundo.
En el fondo sabía que egoístamente se había quedado a un lado mientras todo ocurría, así que deprimido y desilusionado se embriagó. Cuando dice la Torá: “Jam vio la desnudez de su padre”, significa que el hijo de Nóaj lo sodomizó o lo castró (Talmud, Sanedrín 70a).
Este fue el castigo y la dolorosa lección para Nóaj.
De esta Parashat podemos obtener lecciones muy importantes que nos sirven para nuestra vida diaria.
Cuando se habla de que Nóaj se aisló para protegerse a sí mismo y a su familia es algo que a todos nos puede ocurrir.
De hecho es lo primero en lo que hay que pensar en alguna situación de peligro inminente y es totalmente correcto hacerlo.
Más no debemos olvidar que como judíos tenemos que contemplar en salir y tratar de hacer una diferencia en el mundo, exhortando a la gente dentro de lo posible a conducirse por el buen camino y esto se puede lograr a través del ejemplo con nuestras buenas acciones, haciendo ver los buenos resultados que obtenemos al adoptar esta actitud.
Ahora así como a Nóaj que le entró un sentimiento de culpa por haberse hecho a un lado y dejar que pasaran las cosas, nosotros también en ocasiones vemos algo que está mal y lo dejamos pasar con nuestra indiferencia haciéndonos a un lado sin que nos importe.
Sobre esto hay muchos ejemplos que podríamos mencionar.
Como cuando vemos a un invidente que va hacia un lugar peligroso para él como puede ser una escalera o cuando va a cruzar una calle y no nos acercamos para ayudarle a cruzar la avenida o a bajar una escalera.
Por el contrario cuando nos acercamos para ayudarle no solamente beneficiamos a la persona de manera directa sino dejamos ver esta acción a los demás y al menos podríamos influenciar a alguien a seguir el mismo ejemplo.
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Jaim ben Abraham ve Saráh
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