(Isaías 40:27 – 41:16)
Las palabras expresadas por el profeta Isaías en esta haftará son dadas a Israel en tiempos de la expansión de los asirios y van enfocadas a una preparación para el exilio.
El profeta inicia preguntando:
¿Por qué dices, oh Yacob y hablas tú, Israel: “Mi camino está oculto del Eterno y mi juicio ha sido ignorado por mi Dios?, ¿Acaso no sabes?, ¿Acaso no has escuchado…?
Y les recuerda: Que El Eterno es Dios eterno Creador de los confines de la tierra, que no se cansa, ni se fatiga, cuyo discernimiento trasciende toda posibilidad de análisis. Él da fuerza, Él aumenta en vigor…
El profeta Isaías recurre a hacerles recordar a Abram preguntándoles,
¿Quién despertó a un hombre del oriente, que a cada paso “suyo” proclamaba rectitud?, ¿Quién hizo y logró esto?
Aquel que llamó a las generaciones desde el principio…Yo, El Eterno Soy El Primero y con los postreros, Yo seré el mismo.
Pero Tú Israel eres mi siervo, Yaacob, a quien yo escogí la simiente de Abraham quien me amó. Aquel a quien yo fortalecí desde los extremos de la tierra y a quien llamé de entre sus nobles, a quien dije “Tú eres Mi siervo, te he escogido y no te rechazaré”
No temas, pues Yo estoy contigo. No desfallezcas pues Yo soy tu Dios. Te daré ánimos y también te ayudaré y apoyará con Mi Justa diestra.
Yo soy tu Dios que te agarra tu diestra. Aquel que te dice: No temas, Yo Soy tu ayuda. No temas gusano de Yaacob.
Tú te regocijarás en El Eterno, te glorificarás en el Santo de Israel.
Abraham es el personaje principal en las lecturas de esta semana, se convierte en el arquetipo de amor que es agradable a Dios. ¿Qué debemos aprender de Abraham?
El Midrash nos narra datos importantes de nuestro patriarca.
Es hijo de Teraj y Amtalai, nace en Ur en tiempos del rey Nimrod quién intentó matarlo desde antes de su nacimiento y lo persiguió para matarlo pues según los astrólogos era un riesgo para su reinado. Debido a esto es escondido en una cueva. Abram desde niño mostraba tener una mente fenomenal, era un observador meticuloso de su entorno, usaba su razonamiento y sacaba sus conclusiones y deducciones. Esta forma progresista de pensar lo llevó a deducir que, “existe un creador sabio y omnipotente”.
No le vi a Él, dijo Abram, pero comprendo, solamente Un Dios Todo Poderoso y Misericordioso pudo haber creado el mundo a mi alrededor y solo Su Inteligencia Superior puede mantenerlo funcionando. A Él haré reverencia.
Abram expresaba esto a su padre, quien se dedicaba a elaboración y venta de ídolos y buscaba hacerlo reflexionar sobre sus dioses, como siendo que el mismo los había creado les podía atribuir algún poder, el Midrash narra la historia que en forma resumida dice que Abram destruye los ídolos, dejando sólo al mayor con el objeto que los había destruido y al llegar Teraj y cuestionarlo le dice que había habido una disputa entre los dioses y el mayor había matado a todos, obviamente le dice que eso no es posible, pues no se mueven, ni hablan, y Abram le cuestiona ¿Por qué les sirves entonces?
Abram retó al mismo rey Nimrod y le cuastioné de igual manera sobre sus dioses, por lo que fue encarcelado por 10 años y posteriormente fue enviado a ser quemado, pero Dios lo libró de la muerte en forma milagrosa.
Teraj debido a este riego de muerte sobre su hijo y viendo lo que Dios había hecho por él, decide iniciar el camino hacia Canaán junto con sus esposas y Lot, pero llegando a Jarán (para entonces Abram tenía 70 años) decide que deben quedarse en ese lugar Cinco años después Abram recibe el mandato de Dios del que se habla en la parashá de esta semana Lej Lejá.
Las lecturas de esta semana son un llamado a la Libertad, Lej Lejá representa no sólo el valor “Libertad” como un derecho básico, sino toda una facultad para vivir, es desarrollar una capacidad, una aptitud natural, física o moral parara elegir de manera responsable su propia forma de actuar, sin sometimientos a otras voluntades, no por deber, ni por obligación.
La vida de Abram pareciera ser la línea profética sobre la que deberíamos caminar. Lej Lejá “Vete para ti” es un mandato no sólo para Abram, sino para cada uno de nosotros, nosotros somos los postreros que menciona el profeta Isaías, somos la simiente de Abram, somos el futuro que se le mostró a Abram.
En las parashot previas hemos visto hombres en circunstancias diferentes. Adam el primer hombre, que es puesto en el Gan Edén rodeado de todo lo que necesitaba, que acceso a una información para la que aún no estaba preparado, podría ser un bebé, Noaj, hombre justo en su generación que tuvo que ser protegido en u n arca, mientras el juicio era sobre la tierra, le enviaron a todos los animales para que entraran con él y se le pone en una nueva tierra para rehabitarla. Noaj podría ser un niño que debe ser cuidado, transportado y aparece Abraham Avinu, a quién el Padre le da la confianza de decirle Lej Lejá, pareciera ser ese joven que está desarrollando su madurez y en él es en quien se deposita el pacto para las naciones.
Podríamos preguntar ¿Por qué no creó Dios primero a Abraham? El Midrash nos dice que Dios creó primero a Adam, para que en caso de que errara, viniera luego Abraham y corrigiera su falta.
Abram recibe Lej Lejá a los 5 años y 70 años, según el Zohar si se utiliza el sistema numérico “Mispar Katán” (Gematría) sumaríamos las unidades 7+5=12, de lo que se dice que desde los doce años en adelante el alma se despierta para el trabajo espiritual que le fue encomendado.
Dios le dice a Abram Vete para ti, de tu tierra, de tu patria, de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.
Hemos visto brevemente la vida de Abram según el Midrash, y aunque desde niño había comprendido la Unicidad de Dios, parece que es después de Lej lejá que realmente inicia su vida.
Lej Lejá deben ser palabras que nos acompañen siempre, cada día, desde que despertamos. Levantarnos para uno mismo, ir para uno mismo…irse hacia lo que está delante, avanzar.
Lej Lejá es una capacidad personal que se trabaja, es ese empuje para iniciar, es el primer paso. Lej Lejá es un proceso que lleva tiempo, Abram en su camino hizo “escalas”. Lej Lejá es personal, Abram salió con su esposa, con su sobrino Lot, etc., pero en el camino tuvo que separarse de Lot, Vete para ti puede requerir separarte de personas que tienen y van en su propio camino. Lej Lejá como dice el profeta debe ser de la mano de la diestra de Dios, Abram considera consejo de su esposa para tener un hijo con su sierva y si bien Dios permite y bendice a su hijo, no era ese el camino por el que Dios quería darle descendencia. No es un camino fácil, en su camino Abram descendió, ascendió, mintió, peleó, etc. Abram tuvo que salir de todas las estructuras familiares, culturales, sociales, etc., a encontrarse con su vida.
Debemos romper esos patrones aprendidos, que, si bien cumplen un papel en nuestra formación en la vida, no son nuestra vida.
Lej Lejá no es un trabajo hacia adentro, es empezar a ver hacia afuera, ya que en el con tacto con lo de afuera Abram va creciendo por dentro. Abram hizo lo que sabía que tenía que hacer, aunque a otros no les agradara.
En el trabajo divino los otros no le ven valor, hasta que se manifiesta físicamente.
Dios usaba las cualidades de Abram de observar para fortalecer su confianza, lo hizo ver la tierra y le dice que su descendencia será como el polvo, difícil de contar, lo hace observar el cielo y contar las estrellas, si es que puede contarlas, porque así será su descendencia.
Abram al ver el universo veía que Dios no se olvidaba de su creación, ni de sus pactos y así como sostenía el universo, lo sostendría a él.
Estas lecturas nos recuerdan este 5781 (2020) Lej Lejá, Vete para ti, trabaja por tu libertad, intelectual, emocional, física, religiosa, social, cultural, etc., una tierra te espera delante a ti y a tu descendencia.
De la misma forma que Abram muestra empatía con el migrante, ¡que va igual que tú yendo para sí!, sé hospitalario, Abram abría las puertas de su tienda para recibir al viajero, alguien a tu lado podría estar haciendo una escala en su camino.
La herencia que recibimos por Abraham no se exige a Dios, pues ya nos fue dada, la herencia se cuida, se disfruta, se usa.
Que resuenen en nuestra alma estas palabras del profeta, quien concluye esta haftará diciendo: Pero tú te regocijarás en El Eterno, te glorificarás en El Santo de Israel.
¡Lej Lejá ve Shabat Shalom!
Verónica Ahavá
Jeshván 13, 5781
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